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LA MANO DE PAPA

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Hace casi 30 años atrás, cuando corrían los primeros días de mi conversión a Cristo y en un regreso, de una de mis primeras reuniones con la Iglesia, ocurrió esto que les contaré y que nunca, nunca he podido olvidar ni olvidaré jamás. Venía regresando tarde de la reunión y traía conmigo un cassette de música de alabanza y adoración, que me habían prestado y una de las razones por lo que quería llegar rápidamente a casa, era la de oír por  primera vez  toda aquella nueva y diferente, música.  Así que en el auto que nos traían,  veníamos cantando, orando y llorando y muy embargada por esa Presencia Gloriosa de aquella hermosa reuníon, le pedía a Dios que no me soltará, que no me dejará nunca. Luego, cuando llegando a casa, mis amigos y yo entramos, y como yo traía a mi  hijito dormido en mis brazos, me dirijí hacia la habitación de mi pequeño y mis amigos fueron hacia la cocina a fin de prepararnos algo rápido para comer, ya que era muy tarde, antes de eso,...

LA ESPERA EN EL APOSENTO ALTO


 

El secreto de lo que sucedería en el Aposento Alto, estaba en la Espera.



Hechos 1: 4 Cuando todavía estaba con los apóstoles, Jesús les advirtió que no debían irse de Jerusalén. (Les dio la palabra cuando estaba con ellos, ¿para qué se las dio? Para que pudieran tener confianza en él, mientras el volvía. Para que supieran que él ciertamente volvería, si esa promesa se cumplía entonces ellos debían confiar ciegamente en su regreso)

Les dijo – Esperen a que se cumpla la promesa que mi Padre les hizo, de la cual yo les hable (Lucas 24:49)

Hechos 1:5- Es cierto que Juan bautizó con agua, pero dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.

La espera es el método de Dios, para aprobar o desaprobar, para acercar o separar, para llamar o alejar.

Dios les había dado la Promesa, no de que sería restablecido el reino de Israel sino de lo que él Padre sabía que tenían que recibir para poder anunciar desde Jerusalén hasta lo último de la tierra, lo que había acontecido: 

 y que luego  de su resurrección, y después de haber estado con ellos por cuarenta días, ascendió a los cielos y les encomendó una sola cosa, que ellos tenían que esperar:

La promesa no se cumple sobre los apurados, sobre los que toman atajos, o atropellan al prójimo para obtenerla.

La promesa no llega por nuestra fe, sino por nuestra espera. 

Porque cuando Dios promete algo, no nos dice si tienes fe yo te prometo que haré esto o aquello.

El promete, luego nosotros si creemos esperaremos. 

Y si perdemos nuestra fe, nuestra confianza, en esa promesa, abandonaremos la espera.

Hebreos 10: 35 - No pierdan pues su confianza, porque ella les traerá una gran recompensa.

La confianza es la que trae una gran recompensa, por lo contrario, la falta de fe, nos trae frustración y pena.

36- Ustedes necesitan tener fortaleza en el sufrimiento para hacer la voluntad Dios y recibir así lo que él ha prometido.

Hay una cosa que el que espera necesita: y es Fortaleza

Pues la espera nos llevará sin duda al sufrimiento.

¡Toda espera tiene sufrimiento!

¿Quién es o fue feliz esperando?? 

¡Yo Creo que Ninguno!

Aun la madre que está como decimos, en la “dulce espera” desespera, sufre, se angustia y sufre dolores, por la transformación que va teniendo su cuerpo.

Los apóstoles, las mujeres, la madre de Jesús y sus hermanos, estaban en una espera, que no sabían cuan larga o corta sería. Nosotros ahora sabemos que fueron 10 días, pero ellos ni idea tenían.

En esa espera solo tenían: la Palabra de cuando Jesús estaba con ellos, la Promesa del Padre y la Soledad y sensación de Abandono.

 ¿Cuántos pueden decir que conocen estas tres situaciones en su Espera?

Por eso Jesús les dejo en un lugar: Jerusalén y que estuvieran juntos, unánimes y en oración y ruego.

 ¿Para qué? 

Para que no dejaran de ser fortalecidos, en el sufrimiento que les sobrevendría al no escucharlo ni verlo más, para que no se sintieran solos, abandonados ni sin dirección.

La espera en la que estás, solo puedes llevarla o vivirla, si estás en la compañía de aquellos que tal vez están como tú, en la espera de  una promesa personal en sus vidas,  en el mismo lugar que tú, en la misma congregación, en el mismo Aposento Alto, el cumplimiento de la misma.

Jesús te dijo: Espera en la Promesa

El Padre prometió, y Él no es hombre para que mienta ni hijo de Hombre para que se arrepienta (Números 23:19)

La promesa ya salió para su cumplimiento ¡esperala ! a fin de que seas hallado apto para recibirla.

Dios te bendiga

Sara Olguín


Comentarios

  1. Amen Pastora Sara.
    Ruego a Dios que nos fortalezca en la espera y que nos halla apto para recibir el cumplimientos de sus promesas y que seamos juntos en la espera
    sabiendos que Dios es file y fieles son sus promesas .
    Dios te bendiga ❤️

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