ENTRADA DESTACADA

PRESERVADOS EN LA COMUNION CON DIOS

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Génesis 6:9                                                       Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noe. ¡Los que caminan con Dios, no se pervierten, sino que se convierten, en  quienes fueron llamados a Ser!   Dice al inicio de este capítulo que toda aquella generación se había pervertido.  ¿Y de qué manera se habían pervertido? Dice en  Génesis 6:1 y 2 que cuando los hombres comenzaron a multiplicarse y expandirse sobre la tierra, tuvieron hijos e hijas, pero esas hijas resultaron ser mujeres hermosas para los hijos de Dios que las vieron y escogiendo cada cual entre todas ellas, se casaron con ellas.  Y en en Génesis 6: 4 dice que los gigantes (Números 13:33 ) aparecieron y  también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Y en Génesis 6:5 -Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de

¡SÉ UN PORTADOR DE PROMESAS!

 Cuando venimos a Dios comenzamos a reconocer y a vivir en las Bendiciones de Dios. No hacemos nada para recibirlas, solo las disfrutamos.

Cuando Dios comienza a trabajar en nuestra fe, entonces nos empieza a dar sus promesas.

Porque nuestra fe debe estar asentada en la confianza de la palabra de Dios, no de las bendiciones de Dios.

Por esto no digas que tienes fe, porque recibes bendiciones, porque llegarás a tener una FE verdadera, cuando no recibiendo bendiciones  estés en la espera de una Promesa, no por la promesa misma sino por quien te la dio. Amen.

Entonces ¿las bendiciones son iguales a las promesas de Dios? ¿Cuáles son las diferencias entre ellas?

¿Por qué Dios te hace vivir bendecido, te llena de bendiciones pero también de promesas?


En Génesis 15: 4 Dios le da a Abraham una promesa: Tendrás un hijo. Lo bendijo sí, pero con una promesa.

¡Dios te puede bendecir con una Promesa! 

En Génesis 15:5 Dios le dice:- ¡Tendrás una descendencia incontable! También aquí lo bendice con otra promesa.

Y en Génesis 15:7 Le dice:- ¡Te daré la tierra en la cual estás! Otra gran bendición pero con una promesa.


¿Cuál es la diferencia entonces ente la bendición y la promesa?

-Las bendiciones con las cuales Dios te bendice ya las tienes, mientras que las promesas con las cuales también te  bendice, no.

-A las primeras las recibes ( a veces estás dentro de sus bendiciones y no te das cuenta) mientras que a las segundas, a las promesas, las debes esperar.

-Las Promesas se cargan, se llevan, uno se transforma en un portador de Promesas. 

¡Las promesas son como bolsas llenas de bendiciones!


Isaac fue una promesa cumplida. 

¡Cuando él nació se desataron las bendiciones que estaban dentro de esa tremenda Promesa!

Pero también Isaac vivió llevando otras Promesas como bendición (Génesis 26:4)

En Efesios 1:3 nos dice Dios: “ Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”

¿Esta bendición es una promesa o algo que ya tenemos? ¿Estamos esperando estas bendiciones o ya la podemos disfrutar?

Entonces a las bendiciones se pueden disfrutar ¡ya! ¡Las promesas, no!

¡La promesa es algo que aún no disfrutamos pero que ya tenemos! 

Cuando alguien que tu conoces te promete algo, tu lo crees y lo das por seguro, aunque no tengas en mano lo que se te prometió.

Si el que te prometió matrimonio, no es fiel a sus palabras, no lo esperes porque aunque el matrimonio existe, es posible, que él no te espose.

Mientras que si alguien que te prometió regalar su coche, es una persona de palabra, tu lo creerás, no por el coche, que sabes que lo tiene, cómo es, etc, sino por quien te lo esta prometiendo. Entonces Tu ya sabes que ese coche es tuyo, y comienzas a hacerle un espacio en tu casa o a buscar un garaje.

Cuando Dios le dijo a Abram y a Sarai que serían padres, ellos no podían esperar con paciencia el cumplimiento de esta promesa, porque no confiaban totalmente en quien les hizo la promesa. 

¿Y porqué no confiaban plenamente? Porque no lo conocían, lo estaban conociendo.

Por eso Sara ya impaciente de que lo dicho por Dios, como promesa, no aconteciera buscó realizarlo con su sierva Agar. Leélo en Génesis 16.

-Ahora, el que vive de las bendiciones de nuestro Dios y Padre, no puede recibir una promesa, porque ése viene a Dios por lo que puede disfrutar y recibir ahora, esas son las bendiciones, como dijimos.

Si Dios lo bendice con una Promesa, no lo entiende. No lo aprecia. 

Porque ése solo está por lo que recibe hoy de Dios, mañana si se terminan las bendiciones ya no buscará a Dios, porque no aprendió a vivir por la palabra, sino que vive por las bendiciones y beneficios de estar con Dios.

-El que vive de las bendiciones y no de la Palabra de Dios, hoy está y mañana abandona a Dios. 

-El que vive de bendiciones, cree que se trata del lugar, así que  Hoy puede estar  en una iglesia y mañana aparecer en otra congregación.

-Mas el que no vive solo de las bendiciones de Dios, sino que vive por las promesas de Dios, se quedará hasta el fin.

Hebreos 6:11-12

11- Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, 12- a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.

 -Las bendiciones que tenemos hoy, son parte de las promesas alcanzadas. 

Cuando Abraham alcanzó por la paciencia la Promesa, las bendiciones se liberaron sobre ellos.

-Las bendiciones se tienen, las promesas se persiguen con paciencia.

Hebreos 6:14b- ...diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y te multiplicaré grandemente. 15- Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa.

¿Por qué Dios no disciplino a Abram y a Sarai (cuando aún no eran Abraham y Sara) por lo que ocurrió en Génesis 16 ? 

Porque ellos No sabían que significaba ni como se hacía para alcanzar el cumplimiento de la Promesa que Dios les había dado como bendición, por eso cansados, se impacientaron.

-La impaciencia nos aleja de las promesas de Dios, porque la impaciencia es falta de confianza en Dios.

 Falta de conocimiento en la Fidelidad de Dios.

Si vivimos solamente, de bendición en bendición, no llegaremos a tener confianza en la Palabra de Dios.

No conoceremos que cuando Dios nos da como una bendición una promesa, él la cumplirá. 

Tu no debes cumplir la promesa, ni pensar si debes hacer algo para ello, solo debes ¡poner tu confianza en Dios!

-El que prometió es Mayor que la promesa.

Hebreos 6:13

 Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro mayor, juró por sí mismo.

¡Mira que nos está diciendo! 

Que no hay otro mayor que Dios, por eso él tuvo que jurar por sí mismo.

¿Has oído a alguien jurar por sí mismo? 

Nadie lo ha hecho ni nadie lo hará.

El que jura siempre tiene que hacerlo invocando a alguien mayor. Pues Dios mismo juro por sí mismo, tremendo.

En Hebreos 6:14 Dios dijo: Sí. Te bendeciré….

Ese SÍ es el juramento de Dios.

Para Dios un sí, es un juramento. 

Por eso nos dice que nosotros no juremos. No tenemos que hacerlo.

Santiago 5:12- Y sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni con ningún otro juramento; antes bien, sea vuestro sí, sí, y vuestro no, no, para que no caigáis bajo juicio

2 Corintios 1:20

Pues tantas como sean las promesas de Dios, en El todas son sí; por eso también por medio de El, Amén, para la gloria de Dios por medio de nosotros.


-Cuando tu comienzas a confiar en quien  te hizo la Promesa eres transformado ¿por qué?

Porque tu carácter comienza a afirmarse en el conocimiento de Dios, de quien es él.

Porque esa confianza te llena de paciencia en la espera de su promesa.

Porque esa confianza te hace ver los errores que cometiste al querer ayudar a Dios, ayudándote a ti mismo, en vez  de descansar en él.

Génesis 21:1-7

Sarai quería tanto ayudarse a sí misma a tener ese hijo, que arruinó su familia, su matrimonio, perdió la paz en su casa, vivía atribulada y cargada. 

Pero cuando aprendió a no ayudar a Dios sino a confiar en su Palabra, dice que Dios como lo había prometido la visitó e hizo con Ella así como había hablado. 

Sarai ya no se sintió molesta por el tiempo que pasaba, por su esterilidad, etc, ella espero en lo que Dios le dijo, y sabiendo Dios que esto ocurriría en su vejez, al llegar el tiempo señalado, él lo hizo. 

¡ÉL lo hizo, no Sara!

¡Dios lo hará, no nosotros!

Las promesas son y serán cumplidas por Dios.


-También Abraham alcanzó a confiar en Dios y fue transformado.

Dice en Génesis 21:22 que Abimelec y Ficol el príncipe de su ejército vinieron a Abraham, porque lo vieron bendecido.

El nacimiento del hijo de la Promesa, el cumplimiento de la Palabra de Dios en la vida de Abraham lo transformó en un bendecido a los ojos de sus vecinos.

Si tu ayudas a Dios nunca verán que eres una bendecida por Dios los que te rodean, verás que eres un/a trabajador/a, un sacrificado/a, etc pero los bendecidos buscan a Dios porque creen en lo que él les dice.

Ahora ellos vieron que Dios estaba en todo lo que Él hacía, por lo que se apuraron a pedirle que les jurara. (Reconocieron que él era Mayor que ellos) que los iba a tratar a ellos, a sus hijos, a sus nietos, y a la tierra donde él moraba bondadosamente. 

Abimelec estaba seguro de que las promesas de Dios se seguirían cumpliendo en Abraham. Que era un bendecido de Dios, y es una buena idea  conectarnos con aquellos que son bendecidos de Dios, porque... para que quieres estar junto a quienes viven por sus fuerzas, hacen con sus fuerzas y nunca agradecen lo que Dios le da. 

¡No! Has pacto, has amistad con ¡los bendecidos de Dios!

Abraham aceptó hacerles bien, y lo juramentó, así También nosotros debemos recompensar la bondad a los que han sido amables con nosotros.

Abraham también adquirió una mayor seguridad en Dios y sabiendo que los pozos de agua eran  escasos y valiosos en esas tierras, tuvo el cuidado, para evitar conflictos en el futuro de adquirir el título de propiedad del mismo.

 Y le dio un nombre a ese lugar, Beerseba ( Pozo del juramento) 

Fue muy significativo lo que Abraham hizo, y cuando ellos se fueron, se levantó, y plantó un árbol tamarisco y allí  invocó el nombre de Jehová Dios Eterno, morando por muchos días en esa tierra. 

En verdad, Abraham fue otro hombre cuando Dios terminó el trabajo con él y su esposa. 

Su confianza en Dios lo llevó a hacer todo esto. 

Fijarnos que hasta ese momento, no había comprado nada, en esa tierra ¡la cual Dios le había dicho que era suya! ¡No había plantado ni un árbol! ¡Ni menos le había dado un nombre a un lugar!


¿Sabes por qué? Porque no se sentía dueño, no se sentía padre, no se sentía Mayor, es decir un Patriarca.

Pero ¿él cambió cuando la Promesa se hizo visible?

No, él y Sara cambiaron en su corazón antes, por eso se manifestó la promesa.

 ¡Al fin confiaron en quien les había dado la Palabra!


Cuestionarte:

¿crees que las promesas se cumplirán por la ayuda que le estás dando a Dios al creer en ellas? o ¿crees que ya están hechas porque Dios es Fiel?

Si crees que Dios  ya te dio lo que te prometió, ¿vives como si ya lo tuvieras?

Gal 3:29 Y si sois de Cristo, entonces sois descendencia de Abraham, herederos según la promesa. Romanos 8:17 y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si en verdad padecemos con El a fin de que también seamos glorificados con El .

Oremos: Dios de Abraham, Isaac y Jacob, Dios de pactos, que guardas tu Palabra, enséñame a no vivir solamente en la comodidad de las bendiciones sino que, por la confianza desarrollada en tu Palabra Fiel, con la cual hablas a mi vida pueda transformarme en un Portador/a de Promesas, que pueda cargar con ellas y llegar a ver sus cumplimientos y las bendiciones desatadas sobre todos los que sean afectadas con ello. En el nombre de Jesús, Nuestro Sí y Amén.

Dios te Bendiga!!

Pastora Sara Olguín.

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