-Ellos
no conocían que la paz es un Principado, que se le puso sobre los
hombros, sobre los lomos del Príncipe de Paz ( Isaías 9: 6 -7)
Esto tiene que ser conocido por nosotros, y era esto lo que ignoraban los hombres de Tiro y de Sidón.
La
Paz verdadera, es la que nos invade cuando Él nos reconcilia con Dios.
Juan 14:27
dice “...No os la doy como el mundo os la da”
¿Cómo
la da el mundo?
¿Cómo la daba Herodes a estos hombres.?
¿Cómo la tenía
él, que para estar en paz en su gobierno tenía que matar a sus
enemigos? Así como, mandó matar a su esposa e hijos.
Como su padre mandó
a matar según Mateo 2 a los niños inocentes por ira contra los Sabios que no le dijeron dónde estaba el Rey de los Judíos que habían venido a buscar para adorar.
La voz humana no nos puede dar la paz.
Si no es Dios que me está diciendo que las cosa van yendo bien, yo no puedo estar en paz, con la paz del mundo.
Jesús
es el dador de la paz en el corazón y la conciencia; y cuando su
reino esté plenamente establecido, los hombres aprenderán a no
hacer más la guerra.
El
gobierno será sobre él; él llevará la carga del mismo.
Cosas
ilustres son dichas del gobierno de Cristo.
No hay fin para el
aumento de su paz, para la felicidad de sus súbditos que durará para
siempre.
Los
hijos de Dios viven en esa Paz, Jesús, el Príncipe de la Paz nos la
dio, pero cuando rompemos ese vínculo de la Paz, comenzamos a
vivir perturbados.
Pero ¿Cuándo nosotros podemos romper esa Paz? ¿Cuándo podemos comenzar a sentirnos perturbados?
Su Espíritu Santo, entonces nos comienza a incomodar a fin de
mostrarnos nuestros “ hechos
“ que han roto la comunión con Dios. Pecados y hábitos que nos han desviado poco a poco, hasta que nuestra conciencia se
cauterizó y no volvimos a escuchar más la Voz del Espíritu Santo en
nuestros corazones amonestándonos, para que abandonemos lo que perturba
nuestra Paz con él.
Cuando rompemos nuestro vínculo de paz con Dios, comenzamos a sentir una falsa tranquilidad, que proviene de
esa cauterización: estamos haciendo algo contrario a Dios pero como ya
no nos sentimos perturbados por Él sino tranquilos, ni nos damos
cuenta de que estamos fuera de su voluntad, y es entonces cuando nos
puede sorprender la destrucción repentina.
¡Cuidado
hermanos!
Busquemos continuamente la Comunión con nuestro Paracleto
el Bendito Espíritu Santo.
No
nos unamos en acuerdos para buscar ante quien crea tener
autoridad , nos de seguridad y paz sobre asunto alguno, solo Dios
es quien da paz: Paz que viene de su Justicia, de su Sustento, de su Comunión, de su Poder.
Los
hombres de aquel tiempo como el de este último tiempo no conocen la
biblia, no conocen el Verbo Encarnado, no han escuchado su Voz, y si
lo han hecho, han confundido su voz, porque son del mundo y a los suyos
oyen.
1
Juan 4:5-6
5-Ellos son del mundo; por eso hablan de parte del mundo,
y el mundo los oye.
6-Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios,
nos oye; el que no es de Dios, no nos oye.
En esto conocemos el Espíritu de la verdad y el espíritu del error.
Los
hombres como los de Tiro y de Sidón, no consiguen resolver sus
necesidades con la Fuerza de su Dios sino con la facilidad del
mundo: el soborno, la mentira, la adulación, el engaño, la
idolatría, la traición.
Ellos
son los que Firman los acuerdos, alegando que lo que hace falta es
un líder fuerte y con carisma que puede unir las religiones y
gobiernos.
1
Tesalonicenses 5:3-5 Palabra de Dios para Todos (PDT)
3-
Cuando la gente diga: «Estamos en paz y a salvo», la destrucción
vendrá de repente así como le vienen de repente los dolores a una
mujer a punto de dar a luz, nadie podrá escapar.
4
-Pero ustedes, hermanos, no están viviendo en la oscuridad
como para que ese día los tome por sorpresa como un ladrón.
5
- ustedes pertenecen a la luz y al día; no pertenecemos a la
noche ni a la oscuridad.
Dice
Hechos 12: 21 que el mismo día que se acordó con los hombres,
el mismo día que los hombres lo exaltaron como un dios, aunque estaba
sentado en el tribunal y vestido de ropas reales, Dios lo castigo por
haber llegado al límite de robar su Gloria.
Ese
es el final que les esperan a los que se mueven, oyen, reciben la voz
que no es del verdadero Dios en sus vida.
¡La cual da una seguridad y
paz efímera porque dura lo que dura la vida de esos hombres!
Hoy
es día de venir a oír la Voz de Dios, de su Santo Espíritu en tu
corazón, que te redarguya, que te incomode que no te deje
tranquilo/a hasta que cambies de conducta, de hábitos, hasta que
rompas acuerdos, y dejes de esperar la paz que entrega el mundo que
provee, abastece y promete solo y durante el tiempo que dure esa
falsa paz y seguridad.
Volvamos
a Jesús, él es la Paz y la seguridad del Justo, él es quien
abastece cada una de nuestras necesidades completamente, en nuestro
ser y en nuestros territorios.
¡Él es quien nos hace Justicia, y hace
caer del pedestal al que roba su gloria y todo lo que de él es!
Oremos: Padre del Cielo, nos has dejado en la tierra hasta el día que nos vuelvas a tomar, pero te necesitamos cada día más para no dejarnos confundir por las voces prometedoras de bienes con los cuales tu ya nos has bendecido en tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, por esto queremos pedirte perdón si por creer que este mundo puede impartirnos o proveernos de alguna cosa, como si tu no pudieras, nos haya hecho estar escuchando voces engañadoras, perdónanos y libéranos de todo mal, de toda falsa seguridad y de toda falsa paz, nosotros reconocemos que somos tuyos aunque estemos aquí, por breve tiempo y tu eres nuestro Dios y nuestro Príncipe de la Verdadera Paz, en Cristo Jesús. Amen.
Dios te bendiga
Pastora Sara Olguín.
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