LA MANO DE PAPA

Hace casi 30 años atrás, cuando corrían los primeros días de mi conversión a Cristo y en un regreso, de una de mis primeras reuniones con la Iglesia, ocurrió esto que les contaré y que nunca, nunca he podido olvidar ni olvidaré jamás. Venía regresando tarde de la reunión y traía conmigo un cassette de música de alabanza y adoración, que me habían prestado y una de las razones por lo que quería llegar rápidamente a casa, era la de oír por primera vez toda aquella nueva y diferente, música. Así que en el auto que nos traían, veníamos cantando, orando y llorando y muy embargada por esa Presencia Gloriosa de aquella hermosa reuníon, le pedía a Dios que no me soltará, que no me dejará nunca. Luego, cuando llegando a casa, mis amigos y yo entramos, y como yo traía a mi hijito dormido en mis brazos, me dirijí hacia la habitación de mi pequeño y mis amigos fueron hacia la cocina a fin de prepararnos algo rápido para comer, ya que era muy tarde, antes de eso,...
Wow que impresionante .... la herencia espiritual la instrucción de David a su hijo y la herencia material los ingresos para la visión
ResponderEliminarQuerida Nohemí Sanchez Muchas gracias por tu comentario! Y es verdad, es impresionante la sabiduría del rey David, que supo dejarle lo necesario a su sucesor e hijo Salomón: La Fe, sin la cual todo lo que tenemos en esta vida pierde el orden y la razón
Eliminarcomo dice esta reflexión de la palabra: "La Fe es mucho más valiosa que todo el oro que un padre pudiera dejar para sus hijos, porque la fe, dará un propósito a todo bien material."
Bendiciones abundantes de Sabiduría! Pastora Sara Olguín.
Poderoso Es verdad la mejor herencia q puedo dejar a mis 8 hijos es haber conocido a Cristo y todo lo que implica ese maravilloso tesoro !!!HASTA MIL GENERACIONES
ResponderEliminarAmada hermana, no tengo dudas que esos 8 hijos heredarán un tesoro atesorado por ti, que nada deteriorara sino que ellos sabrán aumentar en medio de sus pruebas!!Gracias por tus visitas, comentarios y expresiones de amor! Dios te enriquezca cada vez más del tesoro del cielo: la Fe.
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