Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como lo que vale la pena.

ENTRADA DESTACADA

LA PODEROSA PERSONA DEL ESPÍRITU SANTO

Imagen
               2 Reyes 4 Una mujer había quedado  viuda y endeudada y con el riesgo de que sus dos hijos perdieran sus libertades. ¿Qué hizo? Llegó hasta lo último y luego clamó a Dios.  ¿Y de que manera clamó a Dios?  Visitando al profeta para hallar dirección de Dios para su vida. Así acostumbramos hacer muchos de nosotros, muchas de las veces en que nos encontramos en situaciones que llegaron al límite y ¿qué hacemos?  Esperamos hasta que el agua nos llegue al cuello para orar, y pedirle a Dios qué debemos hacer. Lo vemos con el pueblo de Dios en Éxodo 3:7   Esperó hasta perder sus libertades para clamar a Dios,  Así como en Jueces 6: 7 Aquí también vemos al pueblo escondido y lleno de miedo a causa de los Madianitas, pero que por último claman a Dios, para recibir dirección y ayuda.  Siempre sucedió así por causa de alejarse de Dios, de desoírlo, y de sentirse ellos sus propios dueños para hacer las cosas a su manera.  Dice  Jeremías 2:13 -Porque dos males ha hecho mi pueblo: me de

¡ VALE LA PENA!

Imagen
1 Crónicas 11: 2 a            " También antes de ahora, mientras Saúl reinaba, tú eras quién sacaba a la guerra a Israel, y lo volvía a traer..." Saúl representaba un gobierno confuso, vacilante, aún estando el profeta Samuel a su lado, Saúl caminaba en desacuerdo con Dios.  Así que Saúl representa todo aquello que habla como Dios pero no actúa como Dios. Ese gobierno, esa influencia negativa no influyó sobre David. David sabía que lo correcto era animar al ejército de Dios en las batallas, esa era su misión o su propósito dentro del palacio del rey; no permitía que perdieran la motivación y el porqué vivir.   David sabía que debía salir con ellos a la guerra pero que no debía perder a ninguno; que salía para regresar con todos, y no para extraviarlos, murieran o que se perdieran. ¿Pero cómo podía ser de esta manera David, como podía reaccionar así? David amó al ejército de Israel,  tanto como amó las ovejas de su padre. ¿Pero cómo pudo amar David las ovejas de su padre,

LOS QUE NOS VISITARON