El profeta Jonás fue y es conocido porque estuvo en un lugar muy especial, que no era el lugar que Dios le había preparado ni el lugar al cual Dios lo había enviado, pero su desobediencia lo llevó hasta allí.
Este profeta es conocido por ser uno que huyó. En la biblia hay muchos personajes que huyeron, por ejemplo: José, de la mujer de Potifar (Génesis 39:15) Agar, de Sara su Señora (Génesis 16:6) Marcos, dejando al Apóstol Pablo y a su tío (en Hechos 15:38) los discípulos de Jesús, lo abandonaron y huyeron (Marcos 14:50) Cada uno nos llevan a vernos dentro de nosotros mismos, en esas reacciones a veces motivadas por el temor, otras por la opresión, otras por las tentaciones, y en este caso por lo que Jonás conocía de Dios pero no admitía en su corazón, como ya lo veremos al final de esta reflexión.
Jonás 1:1
"Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo:"
Fue un profeta usado por Dios, que llevó correctamente los mensajes dados por Dios a las tribus de Israel. En 2 Reyes 14:25 leemos como profetizó a Jeroboán II, y al recibir este rey su mensaje fielmente entregado, pudo restaurar y restablecer los límites de Israel, que en esos tiempos era muy necesario e importante.
2 Reyes 14: 25
- "El restauró los límites de Israel desde la entrada de Hamat hasta el mar del Arabá, conforme a la palabra de Jehová Dios de Israel, la cual él había hablado por su siervo Jonás hijo de Amitai, profeta que fue de Gat-hefer."
Es decir que no era un profeta inexperto, que recién se iniciaba sino que era un profeta que ya estaba al servicio de Dios, era usado por Dios yendo a las tribus de Israel.
Su mensaje era correcto y traía corrección al pueblo de Dios.
Esto es lo que nos queda claro, que Jonás era un profeta con experiencia, ya sabía lo que era llevar un mensaje, cargar un mensaje de parte de Dios, y darlo.
Y sobre todo conocía a Dios.
Su nombre significa Paloma.
EL Espíritu Santo me asoció este nombre al Salmo 55: 6-9 hablándome mucho sobre la actitud que destacó entre nosotros al profeta Jonás, más conocido por estе hecho que por su mensaje a Nínive, la ciudad a donde Dios lo había enviado.
Salmo 55: 6- "Y dije:: Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría. 7- Ciertamente huiría lejos; Moraría en el desierto. 8- Me apresuraría a escapar del viento borrascoso, de la tempestad. 9- Destrúyelos, oh Señor; confunde la lengua de ellos; Porque he visto violencia y rencilla en la ciudad"
Y esta fue ese tipo de actitud de Jonás en su corazón ante lo que no le gustaba, o no iba con lo que él veía de Nínive.
A veces queremos que Dios nos use para las cosas que nos gustan solamente, o para hablar palabras lindas, que causen a los otros de nosotros, un buena impresión, que el Señor no nos quiera usar, con cierta clase de gente que interiormente no nos gustan.
Sabemos que la misión del profeta más importante es llamar al arrepentimiento, entre los impíos pero mayormente entre los del pueblo de Dios que muchas veces debe arrepentirse por andar lejos de la voluntad de Dios por ejemplo.
Pero esta vez Dios había llamado a Jonás a llevar un mensaje de arrepentimiento a la Nación más cruel de aquel tiempo.
Las palabras resaltadas por mí en negrita en este Salmo, me hablan verdaderamente de lo que pensaba Jonás.
Ciertamente a causa de lo que él había visto, y dejando de oír el mensaje de Dios, de cargarlo en su corazón como un profeta lo debe hacer, se dejo llevar por lo que vio en medio de esa ciudad de Nínive, por lo que él pensó en su corazón acerca de ellos, y quiso volar lejos de esa responsabilidad que se le estaba dando, quería alejarse de ese viento tempestuoso que significaba para él la crueldad de toda esa Nación.
En el versículo 2 Dios le dice:
"Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí."
3- "Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová."
Así que Jonás, profeta "obediente" de Dios, se levantó sí, pero se levantó para hacer todo lo contrario a lo que Dios le mandó.
Lejos de obedecer, HUYÓ de su responsabilidad como profeta, y comprando un pasaje en Jope, subió a un barco que lo llevara a Tarsis, a 3.500 km de distancia de Dios, de su misión, de su llamado.
Honró su nombre: Paloma, pero no teniendo alas voló igual, al menos eso quiso hacer al subirse al barco.
Lo que pasó todos lo sabemos, una gran tormenta vino sobre el mar en aquella altura de su viaje, la cual cedió cuando, el resto de la tripulación, arrojaron su cuerpo al mar.
Cuando uno no está en el lugar donde Dios lo llama, haciendo lo que Dios le ordenó: trae consecuencias tempestuosas entre los que lo rodean, afecta su entorno así como nuestra obediencia también afecta para bien nuestro entorno.
Debemos ser fieles a la encomienda, al mensaje que Dios nos de, a la misión que Dios nos entregue, aunque no veamos las cosas como nos gustaría.
Debemos ser fieles en el lugar de nuestra responsabilidad: matrimonio, como esposos, esposas, en la familia, en el trabajo, en el servicio al Señor.
Fieles en el lugar y en la hora para la cual estamos y hacer lo que nos dijo Dios hasta que veamos el resultado que Dios quiere en esa ciudad en la cual estemos puestos, o en nuestras casas, o trabajos.
Cuando un esposo huye de su responsabilidad, su lugar al quedar vació genera un re-acomodamiento en la familia y trae un andar defectuoso y anormal a la misma.
Hoy llamamos familias disfuncionales a todas aquellas, donde uno de los que la forman, o la tendrían que formar ha huido, (aunque a veces está en estado ausente) Nos resulta más normal que sean así a que sean como Dios las creo para que fuesen.
El resultado son las situaciones amenazantes que se van generando en la sociedad, primero como pequeños focos de incendio para llegar a ser incendios desvastantes en situaciones de riesgo permanente.
Si la desobediencia de Jonás trajo todo esto entre los que él estaba, cuánto será la obediencia de nosotros entre los que estamos y aún con recompensa para nosotros mismos
¿Porque huyó Jonás?
Queda muy claro en el capítulo 4: 1- Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó"
2- Y oró a Jehová y dijo: Ahora, Oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal."
Hay situaciones que exponen nuestro corazón a cosas que todavía no han sido vistas por nosotros, ni examinadas, ni tratadas por la Palabra de Dios por las cuales actuamos de una manera inapropiada ante ciertas personas y hechos.
Nos enojamos y hasta llegamos a amargarnos por tener que ayudar, o hablar de parte de Dios a personas que creemos que Dios ya no debería ayudar, ni oír ni salvar!!
Eso se llama prejuicios.
¿Qué es o son los prejuicios? Opiniones preconcebidas, generalmente negativas, hacia algo o alguien.
Esto nos impedirá responder a nuestra labor como Dios lo espera.
Podemos solucionarlo? Sí.
Debemos admitirlo, confrontarnos ante las situaciones y personas que nos llevan a huir.
Sí debemos huir ante las tentaciones, como dijo el apóstol Pablo a Timoteo, pero no debemos huir nunca ante lo que de Dios nos viene dado a realizar, a amar, a compadecernos.
Dios nunca nos llevará a una misión, o servicio, ni aún mismo como esposos, padres, profesionales, a riesgo de perdernos, sino que velará primeramente por nuestra integridad espiritual, moral y física.Jonás no iba a perder su vida por recorrer la ciudad de Nínive, pregonando tal mensaje que Dios le dio, porque el Señor ya sabía que ellos iban a reaccionar con arrepentimiento. No era este su temor, tampoco que no cambiaran, sino que Dios los perdonase!!!
Pero nosotros debemos confesar a Dios nuestro temor, nuestra opinión diferente a la de él, sobre alguien o algo. Y seguramente, ministrados por su Espíritu y la Palabra, recibiremos liberación.
Jonás admitió que él por conocer a Dios tan perfectamente, sabía que ese mensaje duro iba a terminar a ser una Gran manifestación de perdón, compasión y restauración por parte de Dios para todas aquellas personas.
Pero no miraba como Dios veía, porque mientras el profeta, humanamente veía solamente adultos crueles y merecedores de la muerte, Dios veía a niños; personitas que podían ser afectadas por un cambio tremendo en sus corazones, en sus vidas, en sus destinos eternos, como así dice Dios en el
capitulo 4:11
"¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?"
Dios sabía que había más de 120.000 niños!!! Dios ve lo que hoy está sucediendo con los bebes aún no nacidos, con los niños y toda la fuerza demoníaca que se está ejerciendo sobre ellos, en todas las áreas a fin de quebrarlos, deformarlos y de que pierdan su capacidad de creer, de amar y de ser sensibles a Dios y a la humanidad.
Pero ¡¡la misericordia de Dios es infinita!!!!
Sus ojos son tan bondadosos cuando mira la tierra, su corazón tan compasivo que podemos ir confiadamente a dar el mensaje más duro que nos de a impartir, con la seguridad que ante el arrepentimiento de uno solo, como de miles manifestará su extensa benignidad, clemencia y piedad para quién se arrepienta! ¡Aleluya!
Por eso no hay por qué huir de ninguna responsabilidad en la cual estemos, o en la cual Él nos haya llamado, solo cuestionarnos en nuestro corazón si estamos viendo al pecador como Él lo ve, si estamos viendo a nuestros familiares, amigos, hermanos en la fe, o enemigos como Él los ve. Y si conociendo a Dios queremos que Dios actué sobre ellos, tal cual Él es: Clemente y compasivo.
Si nuestro corazón se corrige y se pone de acuerdo con él no fallaremos, no huiremos, sino que junto a Él nos gozaremos de cambios que se manifestarán a nuestro alrededor!!!
¡Oh con cuanto gozo termino esta Palabra de Dios!
¡Cuánta esperanza pone Dios en mi corazón!
El mundo no esta perdido hoy, aunque la crueldad pareciera que gobernara, solo faltan algunos que abandonaron su lugar, y si ellos no volviesen todavía muchos se quedarán hasta ver lo que Dios soñó para Naciones, ciudades, familias como Nínive!
¡Si tú eres uno de los que huyeron, arrepiéntete y vuelve de donde te has ido!
Dios te bendiga!
Pastora Sara Olguín.
SI DEPENDEMOS DE DIOS EN TODO NUESTRO SER PODEMOS TENER UNA PERCEPCIÓN EN LA VOLUNTAD DE DIOS PARA USAR LOS TALENTOS Y DONES QUE ÉL NOS ENTREGÓ PARA SU PROPÓSITO CON CADA UNO DE NOSOTROS .ESTE MENSAJE ES UNA GRAN BENDICIÓN PARA MI VIDA MIS HERMANOS MELEJ HAOLAM LOS BENDIGA RICAMENTE CON SU PODER.
ResponderEliminarSiempre llegas cuando más lo necesitamos....bendiciones eres eso una gran bendición querida pastora!!!
ResponderEliminarCuando hay adversidad, dificultades, tempestades, y aún, consecuencias de nuestros propios pecados, vienen las ganas de volar, de dejar el lugar, de rendirnos, pero esta Palabra nos hace ver, recordar, que no es lo correcto... Es tan necesario hombres que no dejen su lugar de responsabilidad, hemos aprendido a evadir, a posponer, ha ausentarnos, a dejar, ha abandonar, a rendirnos... Debemos, tenemos, es necesario, ser fiel, y aunque parezca que no haya ejemplos de quienes aprender, tenemos a uno, "A Jesús, el hijo de Dios", en quien poner nuestros ojos, a quien acercarnos y confesarnos, por quien ser fortalecidos, y de quien aprender a ser fiel.
ResponderEliminarPastora Sara, gracias por compartirnos esta Palabra. “No dejes de hablarnos lo que Dios te diga". Que Dios bendiga este lugar.