A veces queremos que una ciudad cambie, que una nación cambie, que toda una generación cambie cuando ni siquiera nuestra casa o nuestras vidas hemos logrado cambiar con la Palabra de Dios.
Proverbios 16:32b " Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad"
Cuando hayamos logrado conquistarnos a nosotros mismos, a nuestras familias, a nuestros parientes, a nuestros amigos, Dios nos entregará la responsabilidad de cambiar núcleos mayores, hasta ciudades.
Hechos 1:8 " pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra"
Es un honor que Dios nos confíe este desafío de hacer volver a Él, el corazón de una ciudad, pero debemos ir por parte, no desenfocarnos, y cuando lo logremos las otras ciudades o pueblos que la rodean se nos entregarán solas ¡Aleluya!
2 crónicas 34:33 " Y quito Josías todas las abominaciones de toda la tierra de los hijos de Israel, e hizo que todos los que se hallaban en Israel sirviesen a Jehová su Dios. No se apartaron de en pos de Jehová el Dios de sus padres, todo el tiempo que él vivió"
Dios estaba contento con este rey, y le dio larga vida a fin que en todo el tiempo que viviese, Israel caminase en la Voluntad de Dios. Pero sucedió que pasando el tiempo este rey se enfrenta al rey de Egipto Necao, cosa que Dios no le había mandado, muriendo por esta causa antes de lo previsto, y ese tiempo que se le había asignado se cortó, quedando también el pueblo en cautiverio.
Los años que vivió este rey fue el tiempo de bendición y amparo de Dios sobre Israel.
En Isaías 6:1 cuando Dios llamó a Isaías al ministerio leemos "En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo"
Nadie menos que el Profeta de Dios, Isaías, sintió en su corazón el dolor de haber perdido a un rey como Uzías (2 Crónicas 26: 1-21) porque el Profeta entendía muy bien la diferencia entre un rey que gobernaba con Dios y un rey que no seguía la voluntad de Dios, pues uno traería la quietud y la bendición y otro los entregaría al pecado y la esclavitud.
Uzias había sido un buen rey y había muerto. Isaías el profeta sabía que se había terminado un tiempo con su muerte, y comenzaba otro nuevo, pero ¿Cómo sería?
Esto dependería de como ese rey se condujera.
Así que en ese mismo año estando él en el Templo se le mostró conforme ¡el Trono de Dios Alto y Sublime de tal manera que sus faldas lo llenaban todo!
Dios le hizo entender que Él era y es el verdadero rey que gobierna, y en esa visión el profeta ve tres cosas:
1- Su condición y la del pueblo, dentro del cual se movía.
2- Que es Dios en cada uno de los reyes que le honraban, quién gobernaba.
3- Que los reyes morían, pero su Trono es Eterno.
Era necesario que quién traía la palabra a los reyes gobernantes y al pueblo, viera en el mundo espiritual y entendiera cuándo Dios estaba con quien gobernaba y cuándo quien gobernaba en lo natural no estaba con Dios, y lo que sucedía por ello; pero que su corazón no se acongojara por el final de un tiempo de un buen gobernante porque Dios seguiría velando por su pueblo dándole bienestar cuando lo buscaran y obedecieran, más allá de como fuese el rey y su gobierno.
Dios es quien está reinando a través de ti, en el pequeñito lugar en que hoy estás, su Trono está establecido, y si tu llevas en ti su gobierno verás su Gloria Sublime, su Magnificencia, y su poder ahí mismo, así también cómo Dios te asigna ¡nuevos gobiernos!
En Isaías 49:3 -6 Dios nos muestra en su siervo cómo que es Él, quien asigna y agrega más, a quienes han logrado conquistarse así mismos y han conquistado a sus familias, porque Dios y su Hijo Jesús nos han rescatado para darnos un reino, el cual comienza desde donde cada uno de nosotros poseemos y conquistamos para Él ¡Aleluya! (Mateo 6:10)
Por eso la visión que tuvo Isaías cambió toda su manera de pensar, ya no temía al cambio de Gobierno, porque sabía de qué manera uno más alto de cualquiera de ellos, reinaba sobre los que a él se daban (debemos entender que estamos hablando del pueblo de Dios, fuera del reino de Dios los hombres gobiernan en absoluta tiniebla y Dios levantó y seguirá levantando Danieles para traer luz en gobiernos gentiles.)
Eclesiastés 5:8
"Que no te extrañe ver países donde a los pobres se les maltrata y no se les hace justicia. Esto sucede cuando a un funcionario importante lo protege otro más importante, y cuando otros aún más importantes protegen a estos dos"
Esto es lo que se ve en lo natural, hoy en casi todo el mundo y veremos aún más de este tipo de gobierno.
No debemos desesperarnos ni descorazonarnos si un buen gobierno se termina, pues si oramos y confiamos en quien esta sentado en el Trono alto y sublime, como vio el Profeta Isaías, entenderemos que si nosotros gobernamos con Él, ¡el Trono más alto y sublime estará con nosotros y su Justicia a nuestro favor! (1 Timoteo 2:1 y 2)
Es necesario que se nos revele esto, como fue necesario esa revelación a Isaías, porque somos la Iglesia que anuncia, declara y establece donde no hay gobierno divino, el reino y gobierno de Dios.
Somos una Nación de reyes, de hombres y mujeres de gobierno (sea donde sea que Dios te haya puesto) Pero gobernamos mal sin Él o gobernamos con excelencia, fuerza, determinación, valentía y fe ilimitada ¡CON ÉL!
La falta de una revelación nos hace temer al trono (gobierno) que esté actualmente ejerciendo, nos sometemos a la esclavitud que imparte el miedo, la duda, la ignorancia; cuando Isaías vio, sin nunca rebelarse a las leyes, supo como traer el gobierno, la ley de Dios, y su voluntad porque en su corazón estaba firme, así como estaba el Trono que se le mostró.
Isaías 8: 11-13 dice que El es nuestro temor, con Él debemos andar de acuerdo y con sus principios regirnos y entonces nuestras familias, nuestras ciudades cambiaran y nuestros hijos e hijas andarán seguros!
Jesús dijo: No te afanes por el pan que perece, sino por el que permanece. (San Juan 6:27)
Afanémonos por dejarles a nuestros hijos Gobierno y Principios del Reino de Dios, quien está sobre todo trono y principado, y ellos heredarán asoladas ciudades para transformarlas! ¡serán príncipes de dios, conquistadores y no conquistados!
¡Invierte tus fuerzas en su reino, y no en lo que te dejará satisfecho pero que te hará esclavo de quien esté gobernando!
Dios te bendiga!
Pastora Sara Olguín
Comentarios
Publicar un comentario
No sabes con cuanta oración escribo y publico mis post, si te bendicen por favor, coméntalos!
Dios te bendiga con su Abundancia!