ENTRADA DESTACADA

LA PODEROSA PERSONA DEL ESPÍRITU SANTO

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               2 Reyes 4 Una mujer había quedado  viuda y endeudada y con el riesgo de que sus dos hijos perdieran sus libertades. ¿Qué hizo? Llegó hasta lo último y luego clamó a Dios.  ¿Y de que manera clamó a Dios?  Visitando al profeta para hallar dirección de Dios para su vida. Así acostumbramos hacer muchos de nosotros, muchas de las veces en que nos encontramos en situaciones que llegaron al límite y ¿qué hacemos?  Esperamos hasta que el agua nos llegue al cuello para orar, y pedirle a Dios qué debemos hacer. Lo vemos con el pueblo de Dios en Éxodo 3:7   Esperó hasta perder sus libertades para clamar a Dios,  Así como en Jueces 6: 7 Aquí también vemos al pueblo escondido y lleno de miedo a causa de los Madianitas, pero que por último claman a Dios, para recibir dirección y ayuda.  Siempre sucedió así por causa de alejarse de Dios, de desoírlo, y de sentirse ellos sus propios dueños para hacer las cosas a su manera.  Dice  Jeremías 2:13 -Porque dos males ha hecho mi pueblo: me de

¡SOLO PARA LOS LLAMADOS A SERVIR!


Fe y Gracia para el Servicio.                 


Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús.

2 Timoteo 2:1

El Apóstol Pablo recordando exhortando a Timoteo: Esfuérzate en la Gracia.

¿Para que debía Timoteo esforzarse en la Gracia?
  • Para continuar enseñando lo que había oído y aprendido de Pablo delante de muchos otros.
2 Timoteo 2:22-Lo que me has oído decir en presencia de muchos testigos, encomiéndalo a creyentes dignos de confianza, que a su vez estén capacitados para enseñar a otros.

¿Y por qué se debía esforzar?
Porque este trabajo se llevaba la vida misma de quienes eran llamado a hacerlo.
Debía servir a Dios al 100%, y de la manera que Dios ha establecido.

-Esta es la demanda de Dios de nuestras fuerzas, y aún más, de nuestro compromiso y de nuestra responsabilidad, nuestra lealtad, dedicación y sinceridad.

Esforzarse en la Gracia: es todo lo contrario a ser fuertes en nuestra propia fuerza, aunque se trate de combatir valerosamente, de competir limpiamente y según las reglas, y de trabajar arduamente por aprender y enseñar las verdades divinas.

El apóstol Pablo le enseñaba a su amado discípulo, de dónde debía tomar esa fuerza, así como él las hubo tomado, cuando Dios mismo le dijo: “Bástate mi Gracia, porque mi poder se perfecciona en tú debilidad” 2 Corintios 12:9

  • -Y Dios quiere que su Poder y no nuestras fuerzas se perfeccione, se muestre, se magnifique siempre sobre nuestra pequeñez, nuestra insignificancia, nuestras debilidades, nuestras pocas fuerzas, ¡¡aleluya!!

Dios no es deslumbrado por las fuerzas del hombre sino por su debilidad y la dependencia de su Gracia. Salmo 147:10 Ni la fuerza del Caballo ni la agilidad de los hombres!
  • Porque es allí, cuando vemos cuán pequeños somos, que consideramos y admiramos la Grandeza del Dios que nos salvó.

- ¡Cuánto más poderosos y fuertes nos sintamos más pequeño, más humano e irreal veremos a Dios!
-No es sino hasta que todas nuestras capacidades, todas nuestras posibilidades y todas nuestras fuerzas se pierden, que vemos la Gracia de Dios.
  • La Gracia de Dios es su bondad, son sus dones.
  • Es lo suyo y no lo nuestro.
  • Es necesario ver la Gracia de Dios, para poder depender de ella. San Juan 1:14 “lleno de Gracia y de Verdad”

¡Cuando se hace evidente mi límite es que comprendo quien soy yo y quien es Dios!

La partida de Pablo se estaba acercando y él sabía que Timoteo iba a necesitar fortalecer sus debilidades en la bondad de Dios.
  • Timoteo había heredado la Fe de su madre y de su abuela, pero debía disciplinarse para poder llevar a cabo la encomienda.
Pablo debía con el Poder de la Gracia llevar a Timoteo a una Fe activa, disciplinada, esforzada, sacrificada y responsable.
  • La fe no es solamente una palabra mágica, o un adorno del cristiano, es una fuerza poderosa que debemos conocer, para poderla usar.
  • La fe interactúa con la Gracia de Dios para lograr con éxito la encomienda de Dios.

Nosotros hablamos fe en estos tiempos para heredar Promesas, pero Dios quiere que hoy hablemos fe para el servicio.

El servicio demanda entrega, y si no tienes una Fe disciplinada no se podrá contar contigo, ni tu podrás contar con la cosecha de tu trabajo en el campo de Dios.

-Cuando Pedro estaba en la barca junto a los otros discípulos, le pide a Jesús que venía caminando sobre las aguas, una palabra para que él también pudiera hacer lo que su maestro estaba haciendo.

El no pensó el para qué, sino el porque “yo quiero hacerlo como tú también”

-Así pensábamos como niños y actuábamos según una fe de niños, pero ahora Pablo se encuentra con un Joven entrando en la madurez de su vida cristiana, y quién sino él mismo, ahora debería entrenarse, disciplinarse y esforzarse, pues esto es parte de la fe madura.

No podemos vivir en la fe de niños sino que para el servicio, para el trabajo que el obrero debe realizar en la Obra de Dios, necesitamos una fe madura, entrenada y esforzada, porque el servicio trae sufrimientos, responsabilidades, privaciones, persecuciones así como satisfacciones, gozo, recompensas y cosecha de lo que se siembra con fe. (Versículo 3.)

Pablo le enseña con ejemplos: El de un soldado, un atleta y un labrador.

El soldado se debe sujetar a las órdenes de su Capitán, y está afectado a la guerra.

El atleta compite dentro de las reglas para recibir el premio, y el labrador debe trabajar esforzadamente para recoger cosecha.

Los tres ejemplos son de: sujeción, disciplina, carácter y trabajo, así también un soldado de Cristo debe sujetarse a las órdenes del Señor, y estar dispuesto a dar su vida por él, debe ser puro y respetar los principios en el servicio,y trabajar arduamente para ver los frutos.

-Quienes viven una "fe" pasiva e indiferente, separada de una disciplina espiritual, del esfuerzo constante, del sacrificio diario, de la renuncia frecuente y del ejercicio responsable de sus capacidades humanas, viven una “fe” irresponsable.

-Una cosa es servir en el esfuerzo humano, con una fe pasiva y casi muerta, y otra servir con una fe disciplinada y fortalecida en la Gracia del Señor.
"Para servir necesitamos la Gracia de Dios y una fe avivada por un Evangelio de Poder."
De hecho, la gracia de Dios debe ser un estímulo en nuestro trabajo y esfuerzo (1 Ti 4:6 10), porque Dios nos fortalece, corrige y perfecciona todo lo que emprendemos para su gloria. 
Efesios 3: 16 Pido al Padre que de su gloriosa riqueza les dé a ustedes, interiormente, poder y fuerza por medio del Espíritu de Dios”
Col 1: 11Pedimos que él, con su glorioso poder, los haga fuertes: así podrán ustedes soportarlo todo con mucha fortaleza y paciencia”

Cuando estemos cansados, sufriendo penalidades por causa de la Verdad, cuando nuestras fuerzas nos falten para continuar enseñando aquello en lo que fuimos enseñados, solo tomemos fuerza de la Bondad, de sus dones, y de su Gracia abundante que no nos dejará sin el gozo de haber finalizado con la encomienda dada por el Señor en el Servicio a la Obra de Dios.

-Debemos crecer en la Gracia y en el conocimiento de Nuestro Señor Jesucristo.

¿Cómo podemos hacer la Obra sin fe? ¿Y cómo podemos hacer la Obra en nuestras propias fuerzas?

En la Gracia no perderás las fuerzas para seguir, y podrás soportar lo que te toque en los sufrimientos por causa del Evangelio, y al crecer en conocerlo a él, tu amor te mantendrá en una Fe sana, disciplinada y dispuesta a un sacrificio diario por causa del Reino.

Bendiciones!
Pastora Sara Olguín


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