EnTRADA DESTACADA

¡SOLO PARA LOS LLAMADOS A SERVIR!

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Fe y Gracia para el Servicio.                  Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús. 2 Timoteo 2:1 El Apóstol Pablo recordando exhortando a Timoteo: Esfuérzate en la Gracia . ¿ Para que debía Timoteo e sforzarse en la G racia? Para continuar enseñando lo que había oído y aprendido de Pablo delante de muchos otros. 2 Timoteo 2:2 2 - Lo que me has oído decir en presencia de muchos testigos, encomiéndalo a creyentes dignos de confianza, que a su vez estén capacitados para enseñar a otros. ¿ Y por qu é se debía esforzar? Porque este trabajo se llevaba la vida misma de quienes eran llamado a hacerlo. Debía s ervir a Dios al 100%, y de la manera que Dios ha establecido. - E sta es la demanda de Dios de nuestras fuerzas, y aún más, de nuestro compromiso y de nuestra responsabilidad , nuestra lealtad, dedicación y sinceridad. Esforzarse en la Gracia : es todo lo contrario a ser fuertes en nuestra propia fuer

PODEROSA VISIÓN DEL PADRE



Cuando el hombre mira las cosas en base a su ojo se reduce a sí mismo”
Número 13: 27-Y le contaron a Moisés, y le dijeron: Fuimos a la tierra adonde nos enviaste; ciertamente mana leche y miel, y este es el fruto de ella. 28-Sólo que es fuerte el pueblo que habita en la tierra, y las ciudades, fortificadas y muy grandes; y además vimos allí a los descendientes de Anac.…
Una historia conocida por nosotros, ellos habían llegado al día en el cual Dios les habría hecho entrar en la tierra prometida. Por eso Moisés había permitido que fueran 12 exploradores, a fin que estos vieran la tierra y verificasen los frutos que Dios había descripto cuarenta años atrás.
El resumen de los doce había confirmado cuanto era buena aquella tierra; la leche y la miel que corría en ella así como los grandes frutos que había, pero 10 de ellos habían agregado a las cosas vistas por sus ojos y no dichas por Dios, no mencionadas. Ellos como habíamos dicho habían puesto sus ojos en los gigantes, en la ciudad fortificada y en su fuerte pueblo.
  • Ellos, los exploradores, habían visto la verdad de aquello que había sido dicho por Dios.
  • Ellos, habían agregado a lo que Dios le recomendó, lo que ellos vieron.
  • Ellos, se permitieron levantar su juicio a la par del de Dios: “Tu has visto esto, pero también nosotros hemos visto esto otro, y esto no es bueno para nosotros.
Por cuarenta años habían caminado junto a Dios, en todo aquel desierto donde no había nada fuera de ellos y Dios. Dios y ellos, pero no habían aprendido a conocerlo.
1 corintios 1:10 “Os ruego, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos os pongáis de acuerdo, y que no haya divisiones entre vosotros, sino que estéis enteramente unidos en un mismo sentir y en un mismo parecer.”
Esto es todavía, el deseo de Dios entre él y nosotros, y entre nosotros como Cuerpo de Cristo.
En nuestra peregrinación en el mundo andamos juntos a Él, cada día, siempre, pero ¿cuál es el resultado? ¿Podemos pensar como Él piensa?
¿Podemos hablar como Él habla? ¿Queremos las mismas cosas que él quiere?
Ellos, teniendo recorrido cuarenta años juntos a Dios, lamentablemente habían conservado y mantenido su propio juicio (su propia manera de pensar) de ver y de querer, poniéndolas a la par de aquello de Dios.
En el vers 28, ellos dicen “aquello que habían visto aparte de lo que Dios había dicho”, un pueblo fuerte, una ciudad muy fortificada y gigantes…” ¡Como si Dios no lo hubiese sabido, visto o escondido a ellos, tal situación!
¿Cuál fue la consecuencia? Lo veremos más adelante.
  • Ellos no siendo uno en Dios, no lograron Ver aquello que Él le describía con su palabra, para que ellos lo creyeran primero de verlo.
  • ¿De esto trata la fe, verdad? Entonces de donde viene la fe, de escuchar la Palabra de Dios, si nosotros no escuchamos las promesas de Dios, no tendremos fe para verlas primero que se cumplan.
Por eso, el Señor como veremos en éxodo, cada día les hablaba a sus corazones de la tierra que él les habría de dar: cómo era esa tierra, cómo eran sus frutos, las casas, ect, pero ellos no lograron verlos por la fe.
Pero ahora vayamos un poco atrás para que puedan entender aquellos que no conocen toda la historia a fin de que se entienda que estaba haciendo Dios con este su pueblo, porqué los sacaba de una tierra y los llevaba a otra, siendo que ésta era ya ocupada.
Éxodo 3: 7-8 “Y el SEÑOR dijo: Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he escuchado su clamor a causa de sus capataces, pues estoy consciente de sus sufrimientos. 8Y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y para sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel, al lugar de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los ferezeos, de los heveos y de los jebuseos.…”
Estos dos versículos están relacionados con Números 13: 27 – 28 y nos hacen saber cómo había sido eso. No habían estado los hebreos a meterse en la tierra de los Cananeos pero fue la voluntad de Dios darles esa tierra a ellos.
Dios los conocía y sabía de sus sufrimientos.
Miremos como se expresa Dios: “ He visto ciertamente, la aflicción de mi pueblo” Dios pensaba esto de ellos: que eran suyos; entonces ¿Por qué ellos vivían en una esclavitud tan grande?
Creo entender que también aunque ellos eran suyos, no sacrificaban a Él, no oraban, no lo alababan, no lo adoraban, ni muchos menos lo invocaban como su Dios. Digo esto porque cuando Hay adoración, cuando invocamos a Dios no nos falta nada, antes que nuestra palabra salga de nuestra boca Dios ya nos ha escuchado.
En el vers 7 “ he oído su grito a motivo de sus opresores, porque conozco sus sufrimientos” pero aún así ellos no invocaban, ¡No!
Dios no soportaba más sus sufrimientos pero no podía intervenir en contra de su voluntad, si ellos no lo llamaban por su propia voluntad.
Pero había esperado más de 400 años antes que lo invocarán como su Dios, a motivo de esto desciende a liberarlos, a quitarlos de esa tierra de sufrimiento y hacerlos salir a un país mejor donde había leche y miel, quiere decir comida, la ternura de su cuidado, la miel: su fortaleza, protección, dulzura.
  • Dios interviene cuando el hombre se lo permite o cuando no soporta más la maldad. Cuando lo hace se ocupa de cambiar totalmente la vida del hombre como también las situaciones malvadas.
Por eso dice “ Los haré salir de esa tierra, a una tierra buena y espaciosa”
Eran dos tierras donde la injusticia se manifestaba: Egipto donde también estaba su pueblo esclavos, y Canaan, donde corría leche y miel.
Deuteronomio 9:5 “No es por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón que vas a poseer su tierra, sino que por la maldad de estas naciones el SEÑOR tu Dios las expulsa de delante de ti, para confirmar el pacto que el SEÑOR juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
6-Comprende, pues, que no es por tu justicia que el SEÑOR tu Dios te da esta buena tierra para poseerla, pues eres un pueblo de dura cerviz.
Ahora vemos:
  • Ellos eran de cuello duro pero eran suyos, descendientes de los padres a los cuales Dios, les había dado una promesa.
  • Dios no dice que la tierra de Egipto fuera buena.
  • Sin embargo dice que aquella otra tierra era buena.
  • Dice que la maldad de aquella nación era grande, y no quedaría en aquella tierra.
  • También los egipcios eran malos.
Pero Dios debía cumplir una promesa: Bendecir a su pueblo.
Transformar su mentalidad en el desierto, su manera de pensar y de actuar.
Y también salvar aquella tierra buena, ocupándola con los suyos, aquellos que deberían establecer allí: Las leyes de su reino
  • Por qué? Porque cuando algo se pervierte, sea material o espiritualmente, Dios busca entre los suyos quién puede poner en el lugar de los otros.
Veamos lo que sucedió con Saúl y David, con Vasti y Ester, etc. Si llevas en tu corazón las leyes de su reino, los ojos de Dios serán sobre ti! él cuenta contigo para darte aquello que está siendo despreciado, arruinado o pervertido.
Volviendo a Números 13: 27 y 28
  • Es así que ellos llegaron allá, verificando la existencia de cada promesa hecha por Dios, y con sus frutos en sus manos.
  • Dios les había hablado de esa tierra y mientras los llevaba allá, quería que ellos soñaran con ella, que fuera vista y tocada antes de llegar por su fe.
  • Dios no sabía por casualidad quienes eran los habitantes de aquella tierra, y la injusticia con la cual ellos juzgaban.
  • Dios les estaba preparando internamente, cambiando las leyes de Egipto (sistema del mundo) por las leyes de su reino, por ejemplo: tu pides un bello auto al Señor, y Dios te lo quiere dar, pero antes tu debes conocer las leyes de tránsito, y aprender a manejar; dártelo antes significaría poner en riesgo tu vida y la de los otros.
  • Él estaba transformando sus mentes conforme a sus leyes, a fin que conquistando el lugar lo cuidasen, porque la tierra era buena y quienes estaban allí la estaban arruinando.
Romanos 8: 19 “ En efecto el deseo intenso de la creación espera con ansiedad la manifestación de los hijos de Dios”
Porqué Dios no les había hablado de los gigantes?
  • Dios no les había hablado de los gigantes porque de ellos se habría encargado él mismo. Pero ellos viéndoles, habían hablado de ellos y no de la tierra, de los frutos, de la fidelidad de Dios, su mirada se habría fijado sobre aquello. Así somos en todo, muchos de nosotros, miramos la culpa en vez de ver el perdón y vemos los pecados en vez de ver al pecador, etc.
  • Dios no ve los obstáculos, Dios ve la Meta.
  • Ellos debían aprender de su Padre a ver como él veía.
El Señor los había dejado entrar a causa del pacto con sus padres, y les dice: “ Miren que allí hay leche y miel y grandes frutos, casas que ustedes no han edificado, esta es una buena tierra, espaciosa para ustedes!
  • Pero ellos entrando y teniendo sus frutos solo vieron lo negativo, lo imposible. También esto sucede en nuestras vidas, y eso es falta de fe.
  • Por fe se obtienen las cosas que no son aquí, y que están allá, Yo entro y me las traigo, de un lugar al otro.
Cuando el hombre no quiere ver como Dios ve, pierde cuarenta años (un tiempo) pierde el proceso de la transformación de su visión a la Poderosa Visión del PADRE.
Debemos alinear nuestra visión a la par de la de Dios.
Ellos vieron: Hombres de altura enorme y ciudades fortificadas, y se vieron así mismos como Langostas.
  • Cuando el hombre mira las cosas en base a su visión se disminuye a sí mismo! ¿Porque? Porque la VISION viene dada por la capacidad interna.
  • Tu capacidad interna, tu fuerza interior te hace ver diferente: Cuando estás deprimido tú te ves como una langosta, entonces todo te parece imposible y te devora.
  • Cuando tú te ves como un León, entonces lo puedes todo y tú te devoras todo.
Que sucede entonces con los que están a cargo tuyo, ¿pueden seguirte?
Si ves conforme a la Visión de Dios, sí!
Por eso dice el Señor: Maldito aquel que confía en el hombre, porque el hombre sin Dios, no ve en su infinita y sobrenatural visión.
No podemos asumir nuestro juicio en lugar del de Dios.
No podemos dejar de mirar a El, porque nuestras fuerzas vienen de su capacidad y no de nuestro interior.
Quien mira a Él refleja su luz.
Quien mira al hombre queda en la oscuridad porque en el hombre no hay luz, es decir no hay visión, fuerza interna para sostenerse y sostener a los otros.
La falta de esta capacidad interna (que el hombre no tiene) te hace perder la tierra prometida, o las promesas de Dios!
Cuando Dios mira las cosas, los sucesos son en base a su Fuerza, a su Juicio, a su Visión.
Además Dios no mira al hombre fuera de sí mismo, sino como parte de Cristo. Dios ve en ti a Cristo: vencedor, poderoso.
Si tu miras a El, ¿que reflejo vendrá sobre ti?
El resplandor de Dios es Grandioso. Isaías 40: 6 “Una voz dijo: Clama. Entonces él respondió: ¿Qué he de clamar? Toda carne es hierba, y todo su esplendor es como flor del campo.
Dios vence por nosotros.
El Espíritu de Dios esta sobre ti, Él te engrandece delante de Satanás y de sus siervos (enfermedad, escasez, mentiras) levanta tu mirada y míralo a Él, resplandece en su luz y refleja todo aquello que Él es, sobre la tierra, así como ha hecho Cristo que no dejo jamás de mirar al Padre- Colosenses 1:15
Dios te bendiga, 
Pastora Sara Olguín










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