Preguntando y reforzando con
la respuesta directa de Jesús, su fe. Pudiendo así retener la Vida
Eterna.
Mateo
11:2
¿En
dónde estaba Juan?
En
la Cárcel.
Espiritualmente
se encontraba en una situación cerrada, se encontraba solo, y no
había manera de escapar de allí.
Así
se lo mostraba Satanás, que creyó tenerlo devorado.
La
cárcel puede ser la oscuridad que estás pasando hoy, la
incerteza de la espera:
¿Será qué verdaderamente él es el Hijo de Dios? ¿Será que hice
bien en lo que hice? ¿En lo que por fe decidí hacer? ¿Será que
realmente esta era la voluntad de Dios? ¿Habrá sido él quién me
habló? ¿Será que estoy en el lugar correcto? ¿Que hice lo que
debía hacer ?
Juan
había denunciado el pecado de Herodías, y esto lo llevó a ser
acosado y perseguido hasta lograr llevarlo a la cárcel, y darle
muerte.
Así que Juan el bautista
estaba ante la única
puerta de salida de
esta tierra, y al pasarla debía ser con la certeza total, con
la confianza plena en Dios,
en el Dios por quién había caminado hasta allí.
Mateo
11:3
Al
saber que Jesús estaba allí, mandó dos discípulos a preguntarle.
“Si Él era el que
había de venir o si debían esperar a otro”
La
Pregunta que tal vez muchos no se animaron hacerle a Dios cuando
estuvieron en su Cárcel espiritual pudiera ser: ¿Tú
eres verdaderamente mi Salvador?
Jesús
no se escandalizó de Juan, no perdió su confianza en él, sino que lo entendió.
Dios
nunca va a perder su confianza en ti, si en un momento tan duro como
este, tú le preguntas
algo como eso.Él
te comprenderá, porque él entendió que la
pregunta de Juan era para salvar su fe de la duda homicida.Si
nuestras preguntas son para que la duda no nos mate la fe, Jesús te
entenderá y responderá a tu pregunta.
Y te dará señales
contundentes de que El es tu Dios, y que puedes mantener tu
confianza en él.
No
se trataba de que Juan dudase de Él, sino de que Juan con esa
pregunta le estaba diciendo: Jesús la duda quiere matar mi
fe.
- No
es Herodías la que te
matará, sino la duda te
puede llevar a la Muerte Eterna.
Él
no le tenía miedo a la muerte por decapitación, ni le tenía miedo
a Herodes, menos a Herodías, él
sabía que si moría dudando de Dios, no resucitaría para Vida
Eterna.
Por
eso Jesús inmediatamente cubrió de honra su Persona, y también
preguntó a todos los testigos: Qué
pensaban quien era Juan, por hacer esa pregunta: ¿Una caña sacudida
por el viento? Es decir ¿uno
que no tenía una fe firme; Uno que las circunstancias lo movían de
arriba abajo, que las opiniones de las personas lo hacían cambiar de
pensamiento respecto a Dios, y a su Hijo Jesús, a la Palabra y al
Espíritu
de Dios, a la Iglesia y a la comunión con los demás hijos de Dios?
¿Uno
que las pruebas lo hacían retroceder o salir reprobado?
Jesús
reafirma a Juan en la fe, y sigue diciendo que no es la apariencia lo
que lo hace a alguien grande, ni el lugar donde esté, sino su Fe.
Versículo 8 y 11.
¿Quién
es un Grande en el reino de los cielos?
Mateo
5:19 “cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos,
aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado
muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera
que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino
de los cielos.”
1
Timoteo 6:3,4
Si
alguno enseña una doctrina diferente y no se conforma a las sanas
palabras, las de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es
conforme a la piedad,…
Apocalipsis
2:14,15,20
`Pero
tengo unas pocas cosas contra ti, porque tienes ahí a los que
mantienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner
tropiezo ante los hijos de Israel, a comer cosas sacrificadas a los
ídolos y a cometer actos de inmoralidad.…
Mateo
28:20
Enseñándoles
a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
Juan
era entre los nacidos de mujer, el más grande.
Y
Jesús dice más de él en el Versículo
14, que él es el
Profeta Elías.
Juan
era un hombre anegado,
muerto a todas las pompas del mundo y los placeres de los sentidos.
Y Jesús no habla así de él solo para alabarlo, sino para que al
escuchar esto, la gente, supiera que sería llamada a ser mejores
y coherentes en su carácter con toda situación que se les
presente, como había sido Juan.
Pero
aún así este Profeta necesitó ser confirmado en la Fe para no
perder al último momento su confianza en Dios.
Y por eso, dejo de lado su vergüenza, y mandó a preguntar con sus
propios discípulos que pudieron haberle dicho: - Pero qué dices? Acaso no fuiste tú quien dijo - ¡Eh
aquí el Cordero de Dios…?
Sin
embargo él sabía que debía luchar por su fe, no por su vida, sino
por todo
aquello que representaba hasta ese momento su Fe, su gran y única
riqueza por la cual llegó hasta la cárcel.
La pregunta que salva tu fe, de la asesina duda: - ¿Eres tú el Señor?Mateo
14:27 Respondiéndole Pedro, dijo: Señor, si eres tú, mándame que
vaya a ti sobre las aguas.…
Como
Juan el bautista, antes de dudar preguntó directamente a Jesús.
Antes de dudar pregunta directamente a Dios
Preguntar
no es dudar, es necesidad de seguridad.
¿Me
amas Pedro? Le
pregunta Jesús a Pedro. (San Juan 21:17)
- Las
preguntas son necesarias, así como son de necesarias las respuestas
correctas.
No
te niegues a responder a quien te pregunte la causa por la cual
sigues la Verdad, así como tampoco te abstengas en un momento como
este de preguntar a Jesús sin temor – ¿Eres tú Señor, o debo
esperar a Otro?
Dios
te bendiga.
Pastora
Sara Olguín.
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