Marcos
4: 35 al 41
En Génesis
1: 5 Creó Dios de la luz:
el Día, y de las tinieblas: la Noche.
En esta
enseñanza de Marcos 4: 35, nos dice
su Santo Espíritu, que esto sucedió “en aquel día” era un día en el cual llegó la noche, y los sorprendió.
Todos los
que estamos en Cristo vivimos en el día, pero debemos pasar por la Noche.
Este es
nuestro día que creó el Señor, para que nos gocemos en él: el día que Dios creó
es Jesús. Pero así como “la Noche” perseguía a Jesús, así también nosotros somos
perseguidos por ella.
San
juan 12: 35 “Entonces Jesús les dice: Aun por un poco estará la luz entre
vosotros: andad entre tanto que tenéis luz, porque no os sorprendan las
tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe dónde va.”
·
Los que
somos del día, debemos vivir de tal modo, que sea donde nos encuentre la noche, no nos sorprenda.
No nos debería sorprender, porque así como los
discípulos recibieron la enseñanza directamente de su Maestro Jesús, nosotros
la recibimos de la Palabra y del Espíritu Santo.
·
El que
anda en Luz, las tinieblas no prevalecerán. No nos vencerán, pero no quiere
decir que no nos tratarán de dar alcance para detenernos, o desviarnos del
camino, y de llegar adonde vamos.
Y aquel
día llegó la noche y los encontró en la barca.
·
Había un
propósito para lo cual habían tenido que subir a la barca, con Jesús, y era pasar
al otro lado. No estaban fuera del orden de Dios, estaban en el lugar correcto
haciendo lo correcto, ¿por qué entonces, fueron invadidos por olas y el viento,
tanto que casi anegan junto a la barca?
·
Hermanos,
el estar en el lugar indicado y haciendo lo correcto muchas veces, por no decir siempre, levantará
la oposición, la resistencia espiritual, la lucha, aún con personas que el
enemigo usará para confrontarnos y hacernos detener, y si puede hacernos retroceder, mejor, a fin de que no logremos llegar a la otra
orilla.
·
Pero los
que están en el lugar indicado, con la
actitud correcta y haciendo lo justo, no lo estarán haciendo solos, sino que
Dios estará con ellos y por ellos.
En este pasaje vivido por los discípulos, nos enseña que a pesar de empezar muy bien,
podemos sutilmente por ser presuntuosos y engreídos de nuestra posición
espiritual, ser llevados hacia la otra orilla, y ser atacados sorpresivamente por
Satanás, “en la noche”.
·
Si estuviéramos
atentos y con los ojos llenos de luz, la
noche pasaría rápidamente. Pero esta fue “una larga y dura noche”
Como
ellos dijeron, “somos unos bravos y experimentados pescadores, que sabemos cómo
llevar en la noche oscura, y en medio de una gran tormenta, esta barca, hasta
el otro lado.”
38a:
“Y él (Jesús) estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal…”
Así
mandaron a Jesús, a la popa, o tal vez Jesús ocupó ese lugar, pues de allí se
controla la dirección de la nave, mediante el timón. Y al ver esta maniobra,
pensaron: - Vamos a mostrarle a Jesús, ¡cómo sabemos apañarnos sin su ayuda!
Cuando
“la noche llega”, es cómo que nos cae un
manto negro que nos desestabiliza.
No comprendemos ¿qué
pasó? Había luz y veíamos, y de repente: Ya no hay luz, y no vemos.
Entendíamos lo que estábamos haciendo y para qué, pero de golpe no sabemos hacia
qué dirección va nuestra vida; nuestro matrimonio; nuestros hijos; nuestra
economía.
¡Pero, si
era apenas, que todo andaba “viento en popa”!, nos decimos, pero ahora, nos
encontramos “sin saber ni ver”.
Esa es la
Noche, sobre tu día. Esos son los síntomas de su llegada.
Jesús les
había enseñado a sus discípulos, cómo debían moverse y vivir en la luz, para
que no fuesen sorprendidos por “la noche”,
mientras la tenían con ellos, a fin de que fuesen hijos de la luz. La noche puede llegar, y no hay dudas que en
algún momento de nuestro día, llegará, pero no nos debe sorprender. ¿Qué significa ser sorprendidos?
-Es ser
tomados desprevenidos, sin estar
preparados.
-Descubrir algo que estaba oculto,
-Experimentar
una alteración emocional cuando una cosa no está prevista o no se espera.
Yo creo
que esto último le sucedió a los discípulos fueron atacados en sus emociones,
cuando más confiados estaban en sí mismos.
No fue el
hecho de la oscuridad de la noche, estaban acostumbrados a ello, iban a pescar
en las altas horas de la madrugada.
Tampoco la tormenta en el mar, porque
seguramente habrán pasado por muchas en toda sus vidas, y tal vez más
peligrosas.
Para mí fue, que fueron sorprendidos con una autosuficiencia y
confianza en sí mismos que les descubrió, lo que ellos, no esperaban: sentirse
tan seguros de sí mismos y descubrir que no lograrían salir con vidas de esa
noche tormentosa sobre el mar.
Así que buscaron a Jesús, y lo
encontraron dormido.
Jesús
dormía porque ellos no lo necesitaban. “Dios no intervendrá en nuestra larga y
dura noche, a menos que lo llamemos.”
Ahora
¿qué fue lo que atacó Satanás, para llevar a cabo su plan? La barca.
37-
Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca,
de tal manera que se anegaba.
Satanás
vendrá a impedir que llegues al otro lado. Satanás no quiere que alcancemos
nuevos niveles de fe que nos traerán nuevas victorias.
¿Cómo que
echaba las olas en la barca? Yo he visto cuando, las olas pegan contra la orilla, la playa, los
acantilados. Pero aquí especialmente, “azotaban a la barca”
San
Juan 17: 12 al 15 dice “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes
del mal”
Todo lo
que podía hacer Satanás era contra la barca, pero no contra ellos. Porque
mientras estaba en el mundo, Jesús, los guardaba del mal. ¿Y dónde estaba
Jesús? ¿Y dónde está Jesús, contigo ahora?
·
Satanás atacará el medio que está usando el
Señor para llevarte a la otra orilla, a otro nivel. Puede ser tu negocio, tu empresa, tu
matrimonio, tu ministerio. Aquello que es el vehículo que te transporta hacia
otros, que te conecta con otros, que le interesan al Señor.
38b:
“y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?
Lo mismo
que decirle: ¿No te importa que muramos?
¡Ah!
Entonces viendo la gravedad de la situación y el descontrol del clima,
reaccionaron.
Es que tú puedes saber
manejar muy bien tus hijos, tu dinero, tu matrimonio, pero no puedes manejar
los factores externos a los mismos.
Ellos sabían por vasta experiencia como
controlar al máximo su nave, pero no podían, ni sabían controlar los vientos
y las olas del mar.
Es que
podemos saber gobernar muy bien nuestra casa, como nos dice el apóstol Pablo en
1 Timoteo 3:5 “(Porque el que no sabe
gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?);” pero no
sabemos ni podemos controlar los factores externos, lo que no vemos cómo, ni dónde, ni cuándo,
se ha originado.
- Cuando la noche ciega nuestra visión, nos deja, sin saber ni ver lo que sucede.
La palabra les previno, para que no se dejen
sorprender cuando llegara la noche, sin la luz,
- Tengan
luz, y las tinieblas no prevalecerán.
- Ellos
debían estar preparados para el ataque, y ya saber que pasara lo que pasara,
sus vidas no serían tocadas, pero sí, la barca.
S Satanás te tratara de detener rompiendo,
deshaciendo, lo que usarás para ir hacia la otra orilla. (tu empresa, tu
reputación, tu ministerio, tu matrimonio)
Pero
llamaron a Jesús, quien confiado en su Padre dormía, sabiendo que en algún
momento sería despertado por ellos, que será
despertado por ti, o por mí:
¡Y calmó los vientos, y las olas cedieron!
Y en
Marcos 5: 1 dice que llegaron sanos
y salvos a la otra orilla.
- Con Jesús
llegaremos, nunca quedaremos a la mitad ni perdidos, ni a la deriva, sino que llegaremos!
Esta
es la seguridad que debemos tener, en todo envió al cual debamos ir.
·
Nuestra vida no será tocada, aunque el diablo
intentará destruir el medio que usemos para pasar del otro lado.
Esta es la sabiduría que nos debe
quedar de esta experiencia.
·
Esa sabiduría nos salvará de ser sorprendidos
en la noche, por las estrategias de Satanás.
Esta
es la convicción que nos debe mover.
·
Del otro lado hay un propósito que es mayor
en poder e importancia, por lo que estaremos allí.
Dios
te bendiga. Pastora Sara Olguín.
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