EnTRADA DESTACADA

¡SOLO PARA LOS LLAMADOS A SERVIR!

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Fe y Gracia para el Servicio.                  Tú, pues, hijo mío, fortalécete en la gracia que hay en Cristo Jesús. 2 Timoteo 2:1 El Apóstol Pablo recordando exhortando a Timoteo: Esfuérzate en la Gracia . ¿ Para que debía Timoteo e sforzarse en la G racia? Para continuar enseñando lo que había oído y aprendido de Pablo delante de muchos otros. 2 Timoteo 2:2 2 - Lo que me has oído decir en presencia de muchos testigos, encomiéndalo a creyentes dignos de confianza, que a su vez estén capacitados para enseñar a otros. ¿ Y por qu é se debía esforzar? Porque este trabajo se llevaba la vida misma de quienes eran llamado a hacerlo. Debía s ervir a Dios al 100%, y de la manera que Dios ha establecido. - E sta es la demanda de Dios de nuestras fuerzas, y aún más, de nuestro compromiso y de nuestra responsabilidad , nuestra lealtad, dedicación y sinceridad. Esforzarse en la Gracia : es todo lo contrario a ser fuertes en nuestra propia fuer

EL SUFRIMIENTO QUE VIENE DE DIOS

 

Hebreos 5:7 y 8  

  7-"Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, FUE OÍDO A CAUSA DE SU TEMOR REVERENTE ( pero no fue librado de aquello por lo que debía pasar)
 8- Y aunque era hijo, por lo que padeció aprendió la OBEDIENCIA.

Esta frase me llamó la atención en el día de hoy: por causa de su temor reverente" fue oído". Y a causa de lo que padeció aprendió: la obediencia.

Aunque estés clamando para ser librado de la muerte, y no sientas que Dios te habla, la palabra dice que, a causa de tu temor reverente, serás oído, aunque sigas en ese lugar de dolor, de abatimiento, Dios te está oyendo.

Lo segundo es que hay sufrimientos que vienen como consecuencia de pecados, hay sufrimientos enviados por Satanás, pero hay sufrimientos que Dios permite en nuestras vidas, por causa de ser Hijos e Hijas, quienes debemos ser enseñados y aprender obediencia por medio de los mismos.

En Lucas 15:11, nos relata la palabra la historia de una familia compuesta de un padre y dos hijos, en la cual uno de los hijos pide al padre, quién aún estaba vivo,  repartiera y  le diera a él, la parte que le correspondía.

 El padre no opone resistencia, pero pienso que con dolor accedío a hacerlo.

 No bien obtenido el dinero de la herencia, el joven que tuvo esta idea, deja su casa y sale rápidamente a disipar su herencia con los placeres que la vida le ofrecía.
 Pasado el tiempo y ya sin dinero queda aquel mismo joven, en un estado total de pobreza espiritual, emocional y física.

 El padre podría haberse opuesto a esto, lo podría haber aconsejado, podría haberlo ido a buscar, e insistido a que renuncie a sus desatinados planes, no obstante no resistió, no lo buscó, no lo llamó, solo lo espero, ¿por qué?

 Por que creo  que hay personas que nada de lo que se hiciera por ellas, podría evitarles el sufrimiento.

 Es como si necesitaran el sufrimiento, aunque aparentemente en esta historia no era eso lo que buscaba el joven, pero tanto el padre como él, sabían que las consecuencias de aquello que estaba  haciendo, en ese momento, serían dolorosas.
¿Acaso no nos sucede así también a nosotros?
Sabemos que el pecado, la desobediencia, algunas decisiones apresuradas, el no concluir algún asunto en nuestras vidas, nos generaran dolor y sufrimiento,  tarde o temprano, pero aún así lo hacemos.
Tal vez tenemos padres, amigos, hermanos, pastores que nos advierten, nos tratan de redargüir pero más nos dicen, más se empecina nuestro corazón en hacerlo.

Por eso el padre sabio de esta historia, calla y con dolor espera, sabiendo que solo el dolor lo traerá de nuevo a la casa, a la familia.

  •  Así sucede en nuestra relación con nuestro Dios Padre, cuando nos escucha y nos mira, debe permitir lo que nos proponemos hacer en nuestro corazón 

Porque será el sufrimiento, consecuencia de nuestras decisiones y acciones, lo único que nos enseñará a obedecer,  primeramente con nuestra alma (sentimientos, emociones, voluntad) después con nuestro espíritu.

En Hebreos 5:8 se nos habla de un sufrimiento que no es a causa del pecado propio, sino del de otros.

 Este es aquel sufrimiento a causa del amor a Dios y su obra, amor a las almas. Como dice en 1 Corintios 13 "... el amor todo lo sufre" Dios el Padre de tal manera nos amó que nos dio a su Hijo para que pudiéramos ser salvos en él (San Juan 3:16) Y Jesús padeció a causa de ese amor tan grande hacia nosotros, por quienes clamó al Padre con temor reverente, a fin de ser oído y fortalecido en su alma para poder llegar a la Cruz.

Que diferente que es, esta clase de sufrimiento.
En una muy menor medida al lado de este Gran dolor de Jesús, es como aquel sufrimiento que siente la madre cuando da a luz, no es por rebelión no es por obstinación es por traer un hijo al mundo o como decía el Apóstol Pablo " Hijos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros " Gálatas 4:19

  • Este es el sufrimiento que viene por amor a Dios, que da vida, que da buenos frutos, y que procede de la obediencia y da frutos de obediencia.

Por esto Hermano, o Hermana, no desmayes y no te dejes engañar por los falsos temores.
Ten el temor reverente y Dios te oirá y no permitas que sufrimientos que solo traerán rebelión en tu vida se adueñen de ti.

He leído una frase que decía:  "El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional". Y nosotros sabemos que en este mundo siempre tendremos aflicción, dolor (San Juan 16:33) pero podemos evitar el sufrimiento que viene a causa de nuestros pecados, de nuestras obstinaciones, negarnos a sufrir por los sufrimientos que Satanás quiera infligirnos, pero abrirnos al sufrimiento que viene por causa del reino de Dios, y que da como fruto la obediencia.

La obediencia es el fruto del sufrimiento que viene por causa de confiar en Dios.
¡Dios te Bendiga!
Pastora Sara Olguín

Comentarios

  1. Si nos ponemos a reflexionar en nuestras familias, en nuestros conocidos, en nuestra ciudad, en la humanidad encontramos que todos han sentido el dolor en un momento y han pasado por un tiempo de sufrimiento pero que distinto son las palabras del Salvador Jesús cuando dice: “!Ánimo, porque yo he vencido al mundo¡”, nadie más pudo ni podra decir algo así, soy joven pero algunas veces he pasado por un valle de dolor y hasta de sufrimiento, reconozco que muchas veces pase por ahí por malas actitudes, por las consecuencias de la obstinación, por resentimientos que por amor a Dios... Dios me ayudó a ver mis pecados y pude pedir perdón y perdonar, me fue sacando de esos posos de barro para seguir caminando, Jesús también sufrió pero para salvar, sobre el recayó el castigo para que yo tuviera paz, su cuerpo tubo llagas para que por ellas yo fuera sanado, derramo su sangre para que yo fuera perdonado, entregó su vida para que yo fuera salvo, su sufrimiento fue para que yo viviera... Creo que el sufrimiento por el reino de Dios, por amor a Dios es para vida pero es muy distinto a los otros, el gozo para seguir avanzando dará fuerza para llegar a la meta y lo que Dios tiene preparado es para vida de uno y muchos, Dios es Padre, él recibió con gozo al hijo prodigo cuando se arrepintió de sus pecados y se volvió a la casa del Padre, no es tarde para volvernos a la casa del Padre donde sea que estemos y vivir como se vive en su casa, vestido de justicia y dignidad, calzado de paz y viviendo con la dicha en el corazón de ser hijo de Dios. ¡Aleluya! Subamos a la casa de Dios con nuestras alabanzas celebrando el nombre de nuestro salvador: ¡Jesús!.

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  2. Estimado lector: Jedidías, Dios te bendiga y muchas gracias por haberte tomado el tiempo para leer, reflexionar y dejar una repuesta tan hermosa! Nos alegramos de que seas un Amigo de Casadepanblog!

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