ENTRADA DESTACADA

LA PODEROSA PERSONA DEL ESPÍRITU SANTO

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               2 Reyes 4 Una mujer había quedado  viuda y endeudada y con el riesgo de que sus dos hijos perdieran sus libertades. ¿Qué hizo? Llegó hasta lo último y luego clamó a Dios.  ¿Y de que manera clamó a Dios?  Visitando al profeta para hallar dirección de Dios para su vida. Así acostumbramos hacer muchos de nosotros, muchas de las veces en que nos encontramos en situaciones que llegaron al límite y ¿qué hacemos?  Esperamos hasta que el agua nos llegue al cuello para orar, y pedirle a Dios qué debemos hacer. Lo vemos con el pueblo de Dios en Éxodo 3:7   Esperó hasta perder sus libertades para clamar a Dios,  Así como en Jueces 6: 7 Aquí también vemos al pueblo escondido y lleno de miedo a causa de los Madianitas, pero que por último claman a Dios, para recibir dirección y ayuda.  Siempre sucedió así por causa de alejarse de Dios, de desoírlo, y de sentirse ellos sus propios dueños para hacer las cosas a su manera.  Dice  Jeremías 2:13 -Porque dos males ha hecho mi pueblo: me de

COMO VERA' EL MUNDO NUESTRA FE?


Santiago 2: 18 cita "Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras".
El mundo verá tus obras y Dios verá tu fe.
No quieras que el mundo vea tu fe, porque los ojos del mundo no son espirituales (San Juan 14:17).
La fe es para agradar a Dios, creyendo que el existe y nos recompensará.
Nuestra fe, si es que tenemos fe, nunca será para agradar a los hombres, porque Hebreos 11:6 dice "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan".

Nuestras obras son para manifestar a Dios ante el mundo, cuyos ojos ven las cosas naturales. 
 Si crees en Dios haz tus obras en el mundo y tu fe será vista y recompensada por El mismo.


Quien obra siendo indiferente a Dios, lo que hace es vacío de fe.

Mateo 26:6 habla de una mujer que entró a la casa de un fariseo llamado Simón y derramó su perfume sobre los pies del Señor. Ella no le dijo a los que estaban allí que tenía fe sino que actuó.
 Ellos vieron su obra y no la comprendieron más el Maestro vio su fe en aquella obra. 
El le dijo a los demás que vieran su obra,  aquello que no había hecho Simón y a la mujer le dijo: tu fe te ha salvado, ve en paz...

Aquí en la tierra hagamos obras para El, muchos las verán, algunas serán entendidas por el resto, otras no, pero  para el Señor serán vistas y entendidas.
 Él recibirá nuestra fe y ¡Él mismo nos recompensará!

 Dios te bendiga!
Pastora Sara Olguín




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