EN LA CASA DE DIOS, EL PADRE NOS SALVARÁ

                                                                           

En el tiempo que estamos viviendo, se nos ha enseñado que vamos a la casa del Señor, para ser bien tratados, para recibir cura de nuestras nanas, para que nos bendiga el Señor y nos den palabras llenas de cosas lindas, etc.

 Y esto es bueno, y muchas veces cierto, pues somos tan maltratados en el mundo que necesitamos venir a  la  Casa del Señor, y sentir el amor de nuestros hermanos, de la familia de Dios.
Pero no podemos esperar que nunca recibamos en la Casa de Dios, una reprimenda, una disciplina, una advertencia, o que como un espejo, su palabra nos muestre nuestra condición si estamos en pecado.
No podemos dejar también esto de lado o de no esperarlo, porque esto como aquello, también lo necesitamos.
Ahora seguimos meditando ¿Dónde nos van a decir que lo que estamos haciendo no está bien con respecto a la Palabra? ¿Dónde nos van a corregir nuestros pasos? ¿Dónde nos van a decir que esa decisión está mal tomada y nos traerá complicaciones?  sino es en la Casa del Padre.

En el mundo te lo dirán pero conforme al hacer del mundo, pero no conforme a la Voluntad de Dios.

El pueblo de Israel, se comportaba de una aparente manera justa, se creían así mismos dueños de la verdad y practicantes de la justicia, los más privilegiados por tener a Dios tan cercano, y al cual le pedían sus leyes justas.

Pero Dios, que los amaba, no les dejaba de decir en la cara de su hipócrita conducta, de su arrogante religiosidad, que los engañaba al punto de llegar a pensar que ellos eran tan justos para con Dios, que hasta Dios estaba en deuda con ellos, aún pensaban que no deberían hacer ayunos porque Dios ni les oía ni les respondía lo que le pedían.

Así que en su gran misericordia, Dios que podía cortarlos de su casa, y de la tierra misma con una sola Palabra, les mandó a Isaías como su profeta, como trompeta de alarma para que se oiga su voz, y su clamor en llanto por este pueblo, antes de que se perdiera definitivamente,  para que supieran cómo es que Dios responde a las oraciones, a los ayunos y como exalta a los que viven en la verdadera Justicia de Dios.

Isaías 58:1-Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado.

En algunas versiones dice: -anuncia pero en la traducción literal del hebreo dice: - denuncia a mi pueblo su rebelión.
No eran los paganos, los que se le habían rebelado sino ellos ¡su especial tesoro!

¡ Por eso Dios Denuncia sus pecados! 

• Dios a fin de limpiarnos mientras él viene, debe ayudarnos a ver con sus  ojos lo que nosotros no vemos, o confundimos como bueno cuando no es ni siquiera bueno. 

 • Debemos entender que no hay otra manera de ser limpiados, sino solo por lo que la Palabra de Dios denuncia con su luz, hace evidente, nos resalta en la conciencia cuando la oímos lo que no va bien, para que nos quitemos malos hábitos, falsas justicias, pretensiones de merecer de Dios por “ser más buenos que otros” etc. porque muchas veces  nos creemos mejores, más buenos, y superiores que los otros. 

Así que ellos se movían como justos, volviendo al versículo que leímos, ellos buscaban a Dios diariamente, se alegraban de ser su pueblo, les pedían sus leyes justas para practicarlas, hasta lo buscaban a fin de obtener más rápidamente sus respuestas, con ayunos largos, en los cuales se afligían acostándose en sacos y ceniza. 

Eran perfectos, Dios tendría que estar contento con ellos, sin embargo no era así, ¿por qué?
Porque hay un ayuno “mejorado” por los religiosos, y un ayuno verdadero y escogido por Dios. (Isaías 58: 2 y 5)

Uno no tiene nada que ver con el otro. Se diferencian muy claramente,  pero  podemos estar cayendo en esa religiosidad, mezclando ambos sin darnos cuenta.

1. Ellos llegaron a ayunar con un pensamiento dominante:  ¡Qué inútil que es ayunar! (Versículo 3a)

2. Ellos ayunaban creyendo que Dios ni se enteraba. (Entonces ¿para qué ayunaban?
podemos ayunar, con largos  ayunos sacrificantes  pero, creyendo que Dios ni se entera, y tampoco nos hace caso. (Es decir lo hacemos para que Dios nos obedezca a nosotros, se trata de ver en qué no le estamos obedeciendo a Él) Ellos lo hacían para que Dios les obedeciera en lo que les pedían, no para obedecerlos ellos a Dios. ( Versículo 3b)

3- Los ayunos que ellos hacían no eran, el que Dios había escogido.
   No eran ayunos pedidos por Dios. ¡Pero ellos creían que esos eran  ayunos del agrado de Dios! (versículos 5)

4-Ellos en ese día de Ayuno buscaban en realidad sus propios intereses, lo usaban para ir a contiendas y debates con su prójimo, hasta para usar la violencia física  (versículo 4.)

Ellos estaban haciendo un ayuno para pecar. 
Ellos estaban caminando ¡no en Justicia!. Todo lo contrario, ¡Estaban pecando!
Su pecado era grave, porque ya era rebelión.

¡Que tremendo ! Mira que engaño puede darnos nuestro propio corazón, cuando nos desviamos haciendo nuestra propia justicia, y si en su gran misericordia Dios, cuando venimos a su Casa no nos hablara fuertemente con su palabra, al parecer dura y de confrontación en nuestras vidas, si no escucháramos la trompeta, la voz de alarma, de que estamos cayendo en un grave pecado, realmente, andaríamos en una muy seria rebelión ante Dios.
¿Dónde vamos a ir a que nos digan que mal estamos haciendo para no recibir el bien de Dios, o las respuestas de Dios? 
Sino es a su Casa, donde él envía su palabra.

Efesios 5:26
Apocalipsis 3:18a  ... “y colirio para ungir tus ojos para que puedas ver.”

Muchos asisten a la congregación para oír palabra buena y otros tantos dejan de asistir a la casa de Dios porque creen que el pastor le habló directamente a ellos, se ofenden, cuando la palabra les grita a sus conciencias un pecado que está aflorando en sus vidas, y que Dios quiere arrancar, quiere que abandonen antes de que ÉL, los abandone a ellos, porque un pecado puede hacer perder mucho bien.

Eclesiastés 10:1- Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume del perfumista; así una pequeña locura pesa más que la sabiduría y la honra. 

Estemos agradecidos cuando suena la trompeta, cuando Dios usa a sus Profetas para hablar bien y no mal, para su pueblo.
Jeremías 6:13 y 14 ¡Nos dice que hay profetas que no son buenos profetas!

14-Y curan a la ligera el quebranto de mi pueblo, diciendo: ``Paz, paz, pero no hay paz."

No seamos orgullosos, no le demos lugar a la rebelión que es como pecado de hechicería. 

Y ¿qué dice la Palabra de los que practican hechicería? 
Apocalipsis 21:8  los  hechiceros arderán en el lago de azufre y fuego.

¿Qué debemos hacer cuando la Palabra nos señale un pecado? ¡Arrepentirnos! 
Y agradecer a Dios por su gran misericordia de corregirnos, o ¿no quieres que Dios te corrija? 

Proverbios 9:8- Reprende al insolente y te ganarás su odio; corrige al sabio y te ganarás su aprecio.  

¡Dios sí, pero no el pastor no me puede decir nada! ¡Es que Dios pone la palabra en la boca de sus siervos!
No es el tema solo el ayuno de Isaías 58, sino cómo provocar lo que anhelamos de parte de Dios.
Si nosotros no andamos en nuestros pecados, en nuestras propias obras, en rebelión a la palabra, y no nos inventamos ayunos conforme al dietista, o a lo que vemos en las redes sociales, si hacemos lo que Dios nos pide en Is 58: 6 que es más bien “un andar continuo, sincero” , un vivir “no atando a los míos con maldades, no oprimiéndoles con cargas que yo no llevaría, liberando los corazones quebrantados, y no haciendo yugos con lo que no es verdadero, compartiendo todo o poco con los hambrientos, trayendo del camino errado a los perdidos y cubriendo con la salvación los pecados de los mismos,  mostrándome a la necesidad, al pedido de ayuda de los hermanos, entonces no serán necesarios los ayunos para tener respuestas de Dios, Dios se dejará ver , responderá apenas lo invoque, Isaías 58: 11-12

El ayuno que Dios escoge es un corazón contrito y humillado el cual Dios nunca rechazará. Salmo 51:17

¿De que te vale andar haciendo largos y sacrificantes ayunos si lo que no debes hacer, lo sigues haciendo?

Y todo esto no quiere decir que no hagamos ayuno, no, para nada. Puede haber muchas razones para ayunar, tales como un problema personal, un pecado difícil de superar, tener que enfrentar una importante decisión, una crisis de la Iglesia, la amenaza de algún peligro, la necesidad de cambiar la actitud de alguien o expresar agradecimiento, entre otras cosas. Jesús ayunó, los apóstoles ayunaron, la iglesia primitiva ayunó. Nosotros debemos ayunar, para poder mantenernos cercanos siempre al Señor, aunque Dios nos sostiene y no nos dejará caer.

El ayuno que Dios escoge es aquel que se hace confiando en que Dios oye, y realiza su Voluntad perfecta. Y toma en cuenta la humillación de los justos. 

El ayuno que Dios escoge es aquel que anima a la reconciliación con Dios y no a la separación de Dios.

Demos gracias a Dios si tenemos un lugar donde asistir para oír la Palabra del Dios y Padre, que antes de perdernos alzará la voz para que oyendo, no muramos sino nos arrepintamos y sigamos en su Vida Eterna.

Dios te bendiga
Pastora Sara Olguín.