ENTRADA DESTACADA

AQUEL QUE NOS AYUDA!

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Salmo 121:                              1- Al contemplar las montañas me pregunto: "¿De dónde vendrá mi ayuda? 2-Mi ayuda vendrá del Señor, creador del cielo y de la tierra. Este Salmo es el segundo de quince Salmos que comprenden del 120 al 134, y se les llama en hebreo "Canto gradual" o "canto de las subidas" : Su título se debe a que eran cantados por los peregrinos que subían a Jerusalén , especialmente en las tres grandes fiestas del pueblo judío ( éxodo 23:14-17) ¿Saben que Jerusalén está a más o menos 750 metros sobre el nivel del mar y ellos debían subir por tipos de gradas o escalones? Imaginémosle subiendo para llegar allí.  ¿Cuánto tiempo les habrá insumido?  ¿Cuántas cosas habrán ocurrido mientras iban allá?  ¿Cuánta fatiga? ¿Cúantas veces habrán quedado sin aire? ¿Y cuando subían en familia?  Porque ellos no eran de tener un solo hijo por familia, como vemos aquí en Italia, o Europa ¡ no! Más hijos tenían, más felices y bendecid

LOS MUROS QUE DIOS LEVANTA EN TI

 

Nehemías fue tocado en su corazón por la condición de los que no fueron
desterrados de Jerusalén , es decir por el remanente y por la muralla, y las puertas destruidas por el fuego.

Él sí, había sido uno de los que salieron desterrados a Babilonia, y ahora
como copero del Rey Artajerjes estando en la ciudadela de Susa.
Nehemías 1:3-4
 3-Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.
4- Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.

Versículo 4: dice que cuando Nehemías oyó esas palabras lo primero que le ocurrió es que ¡se sentó a llorar!
Lo primero que sentimos ante malas noticias es llorar.
Cuando algo que no esperábamos nos sorprende, las emociones se nos descontrolan, y a muchos nos brota el llanto, como a Nehemías.
Con esto digo que, no es pecado llorar, no es una muestra de debilidad, tampoco es falta de Fe, sino que es una necesidad del alma de expresar sea nuestro dolor, sea nuestra alegría, etc.
Luego de esta tan triste noticia,  pues Jerusalén estaba viviendo las
consecuencias de su alejamiento de Dios, de la elección que  ellos mismos hicieron y
que los llevó a ser un pueblo de lamentos, de tristeza, y de desgracias,
cuando en el tiempo durante el cual  vivieron cercanos a Dios, todo era gozo, cánticos
y bienestar, así que luego de conocer este terrible estado, Nehemías hizo duelo.

Pero también aparte de andar con tristeza, Nehemías hizo algo mucho más
necesario, y que tantos de nosotros hacemos, después de llorar, y
entristecernos como él, y fue ¡Ayunar y Orar al Dios del Cielo!
Nehemías sabía que había un Dios a pesar de la realidad que le contaron,
que su trono no se había removido. 
Muchos oran y ayunan ante grandes desgracias pero no al Dios del cielo, sino que buscan ayuda entre los muertos (como ahora en Halloween) o ayuda en las invocaciones espiritistas
2 reyes 1:2-4
2-Y Ocozías se cayó por la celosía del aposento alto que tenía en
Samaria, y se enfermó. Y envió mensajeros, a los que dijo: Id, consultad a
Baal-zebub, dios de Ecrón, si he de sanar de esta enfermedad.
3-Entonces el ángel del SEÑOR dijo a Elías tisbita: Levántate, sube al
encuentro de los mensajeros del rey de Samaria y diles: ``¿No hay acaso
Dios en Israel para que vayáis a consultar a Baal-zebub, dios de Ecrón?
4-Por tanto, así dice el SEÑOR: ``No bajarás del lecho al que has subido,
sino que ciertamente morirás. Entonces Elías se fue.…

Aunque los falsos dioses de este tiempo (Tarot, horóscopos, adivinaciones...) nos puedan decir que no nos sucederá nada malo, no podrán cambiar las sentencias de Dios ante la desobediencia o soberbias contra él.

La oración de Nehemías fue muy sincera en su tristeza, en su gran dolor,
pero ¿qué fue lo que le dolió tan profundamente a Nehemías? 
Pues Nehemías estaba   muy bien posicionado, pues era copero del Rey persa Artajerjes. Es decir a veces si estamos bien, y oímos que algunos de nuestros
hermanos, se han apartado y sufren las consecuencias de sus pecados,
solo nos condolemos pero ahí no más, y seguimos con nuestra vida tan
bendecida por el Señor.
 Nehemías no hizo así, sino que estando él bendecido y guardado por su Señor, se humilló por el pecado de todos ellos, y buscó a Dios: confesando estos pecados, arrepintiéndose por ellos, a fin de poder pedirle a Dios que cumpla una promesa de su boca: 
versículo 6- Esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de mi padre hemos pecado.
versículo 8-9
Luego después de esos días de humillación por el estado
de las murallas de Jerusalén, y al ya finalizar él declaró su petición personal
versículo 11- El se decide a ser usado por su Dios a favor de su pueblo.

¿Qué hacemos cuando oímos malas noticias de nuestros hermanos,
parientes o aún de nuestras casas, de nuestra iglesia, de nuestra ciudad?
¿Nos condolemos?¿ sube a nuestro corazón un sincero dolor por la
condición espiritual?
¿Nos humillamos confesando con arrepentimiento los pecados?
¿ Nos examinamos en ayuno y oración si nosotros estamos caminando
en la santidad que Dios nos llamó a vivir (santidad es vivir separados de
lo que el mundo hace) ?
  • Todo esto es necesario para poder tener certeza de que podemos reclamar una promesa a Dios conforme lo dicho por su boca para bien de ellos.
Pero algo que me llamó la atención siempre de este libro, es que
Nehemías se enfocó en la condición de los muros y las puertas de
Jerusalén.

Proverbios 25:28-Como ciudad derribada y sin muro
Es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.
  • Una ciudad derribada queda sin muros, sin protección, puede ser invadida, y robada permanentemente.
Este proverbio compara igualando a una ciudad sin muros con el espíritu que no tiene rienda  (en la biblia DHH: Que no sabe dominar sus impulsos) y nos muestra a una persona que no tiene a Dios.
En Mateo 9:35-38 
35 -Y Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en las
sinagogas de ellos, proclamando el evangelio del reino y sanando toda
enfermedad y toda dolencia. 36- Y viendo las multitudes, tuvo
compasión de ellas, porque estaban angustiadas y abatidas
como ovejas que no tienen pastor. 37 -Entonces dijo a sus discípulos:
La mies es mucha, pero los obreros pocos. 38- Por tanto, rogad al Señor
de la mies que envíe obreros a su mies.

Jesús al ver, supo y dijo la causa del problema, andaban errantes, y
erraban por no tener un lugar donde quedarse, y no tener un pastor que
las guiara. 
Y da la solución: Rueguen que Dios envié quienes quieran
trabajar para que vuelvan al redil, para que vuelvan a estar protegidas y
no yerren vagabundeando!

Así sintió el corazón de Nehemías, vio y tuvo compasión, esa compasión
lo llevó a clamar a Dios, ¿qué más podía hacer él, lejos de Jerusalén?
Nehemías después de pasar esos días orando por la situación que lo
apenó, llegó a ver qué alguien debía comenzar por reconstruir las
murallas y luego las puertas de Jerusalén.
A veces vemos el problema pero no tenemos y no tendremos la solución
hasta que no se lo llevemos a Dios, a fin de no resolverlo con nuestra fuerza
ni la intervención de nadie antes que la de Dios.
Pero cuando terminemos o lleguemos al momento final de la oración
(que puede ser un día, una hora, o después de largos días) veremos y
sabremos qué hacer. ¡Aleluya!
Nehemías supo que hacer y esperó en Dios.
El empezó a orar en Quesliu (diciembre) y recién en el mes de Nisán
(retoño, primer brote, sería Marzo para nosotros) sucedió lo que nos dice
en Nehemías 2:1-6
  • Hay un tiempo de preparación mientras tú oras, si tomas la misma actitud de Nehemías. 
De no ver nada en lo espiritual hasta que ves, el primer brote, lo que no entendías y puedes actuar con la sabiduría de Dios.
El hombre espiritual ya no ve como veía antes, sino que busca ver
primero las cosas en lo espiritual, para eso debe salir de lo natural y
entrar por medio de la oración al mundo espiritual, y entender que está
sentado junto a Cristo sobre toda situación terrenal.
1 Corintios 2:15-
En cambio, los que tienen el Espíritu de Dios todo lo
examinan y todo lo entienden. Pero los que no tienen el Espíritu, no
pueden examinar ni entender a quienes lo tienen.(TLA)

• Y Nehemías entendió que Dios lo iba a usar a Él, y que por ello no
iba a ser ningún impedimento ni el lugar, ni su ocupación, ni su
condición, ni el reino en el cual estaba.
El único impedimento para el Obrar de  Dios es un corazón cerrado y sin
compasión.

Nehemías, la oración le hizo  notar que no había ya muros que guardaran a Jerusalén y que por ahí debía comenzar.
• A veces vemos una persona y si no oramos, comenzaremos muy
mal, a compartir con ella las respuestas de Dios para su vida, que no  serán las exactas ni las enseñadas por su Espíritu a causa de la intercesión.

Ese era y es el sentir de Dios hacia los perdidos, descarriados (desterrados) o apartados, que están como ovejas sin pastor, como también para los llamados "remanentes" que van dejando a sus antiguos impulsos dominar su corazón, a pesar de estar en la Jerusalén espiritual.
Una oveja sin un pastor, está dispersa, sin límites en sus acciones (es
capaz de hacer cualquier cosa, como pecar, de ir a cualquier lugar, etc)

Nehemías después de ayunar y orar, vio que a pesar de estar en
Jerusalén, estaban destruidos, pues no había muros de protección,
estaban “en una situación muy difícil y vergonzosa”.
Es muy triste ver a los que alguna vez estuvieron bendecidos, llenos del
gozo de Dios y con Jesús brillando en sus vidas, en una situación vergonzosa.
Pero ¿como ayudarlos?
Haciendo lo mismo que nos dice Dios por la vida de Nehemías: Ayunar y
orar, y pedirle a Dios por que sean nuevamente levantados los muros a
su alrededor.
El temor de Dios hoy es para nosotros como los muros de Jerusalén.
Sin el temor de Dios como Protección, seremos invadidos por las
costumbres de este mundo, y volverán a gobernarnos los viejos impulsos, o viejas costumbres de nuestro hombre pecador y sin salvación.
Debemos ver con compasión a los que están andando solos, creyendo
que son más inteligentes que los que permanecen en Jerusalén rodeados
por el muro de Dios, y siendo pastoreados por su Palabra.
Debemos tener compasión por los que no tienen su vida sujeta al
Pastoreo de un Pastor que los conduzca, los discipline, los mantenga
entre el resto de otras ovejas, y los aliente a seguir.
Debemos dolernos, pero ir más lejos: ayunar y orar por ellos.
Y también hacer lo que el Espíritu de Dios nos guía con su Palabra a
hacer: clamar por que el Temor de Dios vuelva otra vez sobre sus vidas.
Pero no un día, Nehemías lo hizo de Diciembre a Marzo, es decir no sabemos el tiempo que nos llevará orar por ellos, solo Dios es el que tiene el tiempo de cada uno, en sus manos. Y dice que también,  luego de tanta oración Nehemías aceptó ir a reconstruir  y llamó a otros a que juntos levantarán los muros alrededor de ellos.

Dios enseño muchas cosas a Nehemías en ese período de intensa oración y ayuno, entre otras a comprender que Dios llama a uno y le encomienda una obra que hará junto a otros. 
Y mira esto, cuando llegó Nehemías enviado con todo el séquito del rey, ellos  "los
invasores", los que se alegraban de la condición de los que habitaban
Jerusalen y de los muros derribados, se turbaron, se enfurecieron, y
planearon el mal para que se detuvieran, y aunque en parte lo lograron, Dios
siguió estando con Nehemías como lo estuvo con Zorobabel, con Esdrás
y con todos los que habían respondido a su llamado. 
Y los enemigos no pudieron impedir que la ciudad se convirtiera en refugio, en habitación, en la ciudad fuerte, en la ciudad de Dios que había sido antes.

Fuimos llamados a ser constructores de murallas, con nuestras vidas,
nuestros ejemplos, nuestras constancia, nuestra vida de Santidad, y de fe.
Esto trae el Temor de Dios, levanta muros en medio de nuestras vidas, de
nuestras casas, de nuestras ciudades.
No es un compromiso a medias,
No es una cuestión de “lo hago por una semana” “lo hago hasta que mis hijos vuelvan al Señor” “lo hago hasta que Dios me dé lo que le pido” 
Si lo haces así tus muros serán débiles, serán pequeños y tu condición no
sera de ciudad fuerte, no serás una fuerte ¡Ciudad de Dios! una ciudad donde Dios more.

Compromete tu vida, para que otros puedan buscar el Refugio de Dios y anhelen vivir la Vida que Dios te hace vivir a ti. ¡¡Aleluya!!!

Dios te bendiga

Pastora Sara Olguín.

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