Josué 2:1
Josué hijo de Nun envió desde Sitim dos espías secretamente,
diciéndoles: Andad, reconoced la tierra, y a Jericó. Y ellos
fueron, y entraron en casa de una ramera que se llamaba Rahab, y
posaron allí.
Ahora vemos que fue Josué , como Líder, quien envió directa y
secretamente (el pueblo tal vez no lo supo) a dos Espías.
Esto es muy importante y diferente a cuando Dios nos habló con el
caso de Números 13 (Leelo en:tiempo-de-los-primeros frutos) cuando no había sido Moisés quién envió a los
12 ( uno por cada tribu) principales de entre ellos, sino por petición
del pueblo que insistió en que fuesen antes, los exploradores.
La
diferencia es que, en esa oportunidad todos lo sabían, y no había sido Moisés quien los mandó, sino Ellos y que Dios lo había permitido.
El resultado también es bueno que lo recordemos, porque así será cuando no hagamos las cosas tal cual nos la pide e instruye Dios, por esto ellos recibieron en vez de esa hermosa tierra, la
disciplina de rodear 40 años el desierto y de que toda aquella
generación quedase tendida en él, por la falta de fe de los
exploradores y del pueblo.
Y así que con toda autoridad y decisión él envía solo a dos espías.
Este número es muy importante bíblicamente.
Por un lado contrasta muchas
veces dos realidades, o
las podría oponer: Luz y noche, santo y profano, los frutos de la
carne y los frutos del Espíritu.
Pero
también Representa apoyo, ayuda, complemento, por
ejemplo:
Amós 3:3
Eclesiastés 4:
9-12
O
en Lucas 10: 1 "
Después, Jesús eligió a setenta y dos discípulos, y los envió en
grupos de dos en dos
a los pueblos
y lugares por donde él iba a pasar."
Esto
segundo es el porqué Josué envía a DOS:
Eran los idóneos para este fin.
Pensaban igual y se complementaban con la ayuda y el apoyo entre ellos.
Esto era necesario para que la misión
fuera un éxito.
No era cuestión de enviar a cualquiera.
Dios no manda a dos juntos al saco,
sino que los escoge, los prepara y los junta.
Vemos cómo preparó a Bernabé y a
Saulo, para la obra, o a Priscila y Aquila, pero también vemos a dos
mujeres Evodia y Síntique, las cuales casi se dividieron por no
poder ponerse de acuerdo, necesitaban que alguien las ayude ( Filipenses 4:1-3)
Pablo dijo: - que sean de un mismo
sentir, ellas estaban luchando
mucho por la obra, pero habían dejado de tener el mismo sentir, el
sentir que nos puede unir, es el de Cristo, lo contrario nos divide.
Ellas se estaban separando de Jesús,
y separados de él, nada podemos hacer.
Aunque sigamos juntos al
mismo compañero/a de lucha, de oración, de evangelización o de
enseñanza, si nos separamos de Jesús, nada podremos lograr en lo
espiritual, esto mismo lo debemos aplicar a nuestras relaciones familiares, sobre todo conyugales.
¿Por qué? Porque no nos entenderemos.
No escogeremos lo
bueno para Dios, lo mejor para el Señor, sino que tendrá la primacía la voluntad de alguno de nosotros.
Dios instruyó y capacitó a Josué
para esto, y él lo estaba haciendo muy bien.
Escogió a dos que no tenían
estructuras mentales que les impidiera abordar
Jericó, como ya veremos.
En
el versículo de Josué
1: 1
entonces dice que Josué, no el pueblo, envió a dos, no a un
representante de cada tribu, y secretamente, no se lo hizo saber a
nadie.
Los envió a espiar, es decir a "Intentar conseguir informaciones secretas
sobre ese país, y para eso debían entrar a la ciudad de Jericó."
Estos estaban muy bien preparados y en
acuerdo de hacer y desplegar acciones fuertes y necesarias para
llevar a cabo tal fin, tanto como la de “entrar en la casa de una
ramera y encima de ello, posar allí”
Si Dios te manda a una misión o tarea de este tipo, lo que menos puedes pensar es en lo que dirán de
ti si te encuentran o si te ven en algo parecido.
La reputación, la fama, la vida
personal ya no tiene ningún tipo de valor, ante la Encomienda.
Los que llama Dios y aparta, son los
que han tomado su Cruz, la han cargado, y lo han seguido.
Sin esa
cruz no lo lograrás jamás.
Veamos a un ejemplo.
Hechos
10: 1-13
Dios le tuvo que llamar la atención a
Pedro, quien había sido escogido para abrir la puerta a los gentiles (Mateo 16:19) tres veces a través de la visión del lienzo descendiendo con todos
esos tipos de animales impuros.
¿Qué había en la mente de Pedro?
Lo que iban a decir de él, lo que iba a pensar Dios mismo si él
comiera tales cosas, cosas en las que jamás había incurrido.
Dios
le tuvo que
decir algo que aún él no había aprendido:
¡¡que
cuando Dios limpia a alguien ya no debemos verlo como era entonces!!!
Pablo
dijo en 2 Corintios
5:16
“De manera que nosotros de ahora en adelante ya no conocemos a
nadie según la carne; aunque hemos conocido a Cristo según la
carne, sin embargo, ahora ya no le conocemos así.”
2
Corintios 5: 15- 17
Las cosas viejas pasaron he aquí, todas son hechas nuevas.
Saulo fue capaz de hacer cualquier cosa para atrapar cristianos,
pero ahora ¡Pablo hacía cualquier cosa para salvar un alma y proteger
a los cristianos! Aleluya.
Josué debía enviar a aquellos que tuvieran la mente y el sentir de un Pablo, a fin de entrar por la puerta que Dios pusiera por delante y
no se horrorizaran.
Ni se intimidaran, ni tuvieran lástima de sí
mismos por ensuciarse, sino que con su confianza puesta en Dios
avanzaran, y siguieran las oportunidades del Señor para entrar y
traer los informes justos, poderosos, y necesarios para la conquista
y posesión.
¡Esto dependía de ellos!
Debemos tener conciencia ante el llamado y el envío que hay cosas
que dependerán de nosotros, para que otros puedan pasar.
La mente religiosa estorba los planes de Dios.
¡Tu puedes creer que no eres un religioso/a pero sin embargo serlo!
Pedro se creía un buen creyente pero él era aún un religioso,
todavía tenía residuos del fariseísmo.
Estaba atado a las leyes, no al Dios que creó las leyes.
Por eso Dios sacó a Pablo de Jerusalén y lo formó fuera, en el
desierto de Damasco.
Jesús se crió en Galilea no en Jerusalén donde la doctrina de los
fariseos gobernaba.
Éstos espías nunca podrían haber entrado por la puerta que Dios
les preparó sino estuvieran libres de ataduras religiosas, prejuicios
raciales, etc.
Ellos fueron a una ramera.
¿quien les dijo que
fueran? ¿cómo sabían que esta mujer era una ramera?
¿fue su plan? ¿o el de Dios?
Rahab significa “ancha, espaciosa”
En verdad era una Puerta ancha y un territorio espacioso, que Dios
les tenía preparado para su pueblo.
Era imposible entrar y tomarla,
pero Dios estaba al control de todo.
El preparó a Josué, Josué escogió con sabiduría a los dos
espías, y los dos espías supieron entender la mente de Dios y
seguir su dirección al ir hasta esta mujer, a su casa y con toda
certeza y convicción dormir seguros de que ella no los iba a
entregar.
¡Así es la fe!
La fe no la podemos explicar, o entender con palabras, se
agita dentro de uno, sabemos que es Dios, sabemos que él nos está
dirigiendo y vamos a ciegas en lo natural, pero viendo en el espíritu
la Gracia y el Poder de Dios.
Ellos vieron antes como iban a suceder las cosas, tuvieron esa fe
inexplicable.
Lo mismo esta mujer. Quien los escondió, cuando vinieron de parte del rey de Jericó a
buscarlos, los habían visto, sabían que estaban por ahí, pero ella
tampoco podía explicar el porqué estaba actuando como estaba
actuando, pero en el versículo 8, antes de que ellos se durmieran, ella subió al terrado y les dijo:
- Yo sé que Jehová os ha dado
esta tierra!
¿Cómo lo sabía?
Porque había caído sobre ellos y
todos los moradores del país ¡¡un gran temor!!
Pero, miren como Dios había preparado ya todo el camino.
¡Qué tragedia y
que lástima hubiese sido que estos espías no se hubieran entendido
entre sí!
Porque no hubieran tenido esta libertad en sus espíritus para
actuar, y no le hubiesen obedecido a Dios y a Josué.
En el versículo 10 dice - ¡Porque hemos oído!
La palabra es nuestro escudo.
Así como Dios
nos manda a desafiar con acciones que nos pueden hacer perder nuestra
reputación, pero así también la misma palabra nos defiende y protege.
Si seguimos leyendo hasta el versículo 21 vemos como toda la historia culmina con que esa mujer ata un cordón de
grana a su ventana, como señal de que Dios la había visitado y
ahora ella estaba bajo su custodia y protección.
¡Aleluya!
Este es nuestro tiempo de conquista y posesión, Dios nos ha entregado sus frutos.
¡Él ha estado trabajando por nosotros en nuestros inviernos!
¡No nos
faltará el sustento, ni el techo!
Entráremos y poseeremos lo que es
nuestro, pero se requiere que tu mente, en la cual Dios ha trabajado
rompa ya todo lo que tiene que ver con la religiosidad, el pecado,
los delirios de grandeza y la lástima por ti mismo/a, y entres por las puertas que Dios te mostrará para poseer las tierras de tus Promesas!
Dios te Bendiga
Pastora Sara Olguín
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Dios te bendiga con su Abundancia!