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AQUEL QUE NOS AYUDA!

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Salmo 121:                              1- Al contemplar las montañas me pregunto: "¿De dónde vendrá mi ayuda? 2-Mi ayuda vendrá del Señor, creador del cielo y de la tierra. Este Salmo es el segundo de quince Salmos que comprenden del 120 al 134, y se les llama en hebreo "Canto gradual" o "canto de las subidas" : Su título se debe a que eran cantados por los peregrinos que subían a Jerusalén , especialmente en las tres grandes fiestas del pueblo judío ( éxodo 23:14-17) ¿Saben que Jerusalén está a más o menos 750 metros sobre el nivel del mar y ellos debían subir por tipos de gradas o escalones? Imaginémosle subiendo para llegar allí.  ¿Cuánto tiempo les habrá insumido?  ¿Cuántas cosas habrán ocurrido mientras iban allá?  ¿Cuánta fatiga? ¿Cúantas veces habrán quedado sin aire? ¿Y cuando subían en familia?  Porque ellos no eran de tener un solo hijo por familia, como vemos aquí en Italia, o Europa ¡ no! Más hijos tenían, más felices y bendecid

DIOS ES FIEL



A la salida del ciclo que se cerró el día último de nuestro calendario gregoriano, 31 de diciembre, porque conforme a ese tiempo nos movemos, aunque en Dios estén nuestros tiempos (salmo 31:15a ) Dios nos dio una palabra, es decir nos habló y nos dijo en:

Josué 21:43- Así fue como el Señor les dio a los israelitas todo el territorio que les había prometido bajo juramente a sus antepasados, y ellos se establecieron y vivieron allí 44- El Señor cumplió su promesa y les dio paz en todo el territorio. Sus enemigos no pudieron hacerles frente, porque el Señor les dio la victoria sobre ellos. 45- Ni una sola palabra quedó sin cumplirse de todas las buenas promesas que el Señor había hecho a los israelitas.


Y en el capítulo 22:1-6 Vemos cómo esa fidelidad en todo ese ciclo culminó con el regreso de las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés a sus tierras.


Específicamente del capítulo 22, el versículo 2- Ustedes han cumplido con todo lo que Moisés les ordenó y también han obedecido todas mis órdenes 3- Hasta el día de hoy, y durante todo este Tiempo, no han abandonado a sus hermanos (congregación, familia de la fe) y han cumplido fielmente (exactitud) los mandamientos del Señor y Dios de ustedes”

Dios en cada inicio de Año nos habla dirigiendo una Palabra de ánimo, de dirección y aún de lo que hará a través de sus hijos y en sus vidas.

Muchos esperan esa palabra profética, muchos quieren saber a manera de horóscopo lo que Dios hará, otros con incredulidad la oyen y otros la reciben y creyéndola la caminan, y realizan su parte para que Dios al final haga la suya y esa buena palabra se cumpla, se realice para la gloria y exaltación del Señor.

En estos versículos vemos cómo Dios presta atención a los que oyendo se mantienen fieles y ponen en práctica por la fe con que la oyeron.

Muchas de las palabras proféticas recibidas no se han podido concretar por nuestra falta de Fe, de Confianza y de obediencia a ellas.

La promesa de la tierra prometida estaba dada, pero los que oyeron y no creyeron a ella quedaron en el desierto, así muchas de las palabras dichas por sus profetas a nuestras vidas o declaradas en las Escrituras están esperando la fe en los que las oyen, y el cumplimiento fiel de lo que tengamos que realizar de nuestra parte.

Creed a los profetas y seréis prosperados! Y todo saldrá conforme se nos anunció!! 2 Crónicas 20:20

Debemos creer a toda la Palabra Profética que nos fue dada en las Escrituras para alumbrarnos en la Oscuridad de los tiempos que corren en nuestros días, en ellas encontraremos el camino, la paciencia para esperar y la fe expectante para permanecer y alcanzar! (2 Pedro 1:19)


Continuando el relato, estas tribus de Rubén, Gad y Manasés, habían tenido muchísimo ganado, y como nos relata el libro de Números 32, cuando vieron que los territorios de Jazer y de Galaad eran muy buenos para la cría de ganado, fueron a ver a Moisés, y al resto de los que estaban con él, a fin de que ellos tuvieran en cuenta que, al ser su dedicación la ganadería necesitaban lo que esas tierras tenían, es decir buenos pastos; esto pareció injusto a los dirigentes porque al quedarse en ellas antes que los demás en las mismas, y teniendo ya lo suyo no colaborarían con el resto de sus hermanos a fin de que todos por igual recibieran sus tierras, las cuales debían ser conquistadas en su mayoría.

Esa misma actitud traería desánimo en el resto del pueblo, es decir de sus hermanos, para ir y cumplir el mandamiento de Dios de entrar y conquistar la tierra que Dios le había dado por promesa a sus antepasados. (Números 32:20)


Así que estas tribus recibieron sus tierra pero se comprometieron de ir y ayudar a sus hermanos y no volver a las mismas, hasta que todos estuvieran en las suyas, yendo a las mismas batallas con ellos.

Si bien escogieron primero, no dejaron de luchar junto a los demás que la habían recibido como promesa pero que aun no la debían poseer, ¡debían conquistarlas!

La fidelidad y la obediencia fue recompensada con la bendición de Dios de su regreso, y la paz ante sus enemigos.

La actitud egoísta debe ser destronada de nuestros corazones, el querer recibir primero y pasar por alto las luchas que todavía están pasando nuestros hermanos, los que aún no han podido conquistar sus matrimonios para el Señor, o sus familias; que no han logrado obtener o alcanzar el cumplimiento de sus promesas, las cuales llevarán más empeño, más perseverancia y más batallas.

Esta actitud es la que deben tener y debe ser manifestada, por aquellos que alcanzan las promesas de Dios o salen victoriosos en sus batallas.

Si hacemos así, la misma bendición de Paz, que recibieron estas tribus vendrá sobre nosotros, y el gozo y la justicia nos adornarán nuestras cabezas.

Cuando recibamos la Palabra que nos dé el Señor para este nuevo ciclo que inicia con el año 2020, nuestra actitud debe imitar a estas tribus que si bien se adelantaron a tomar lo suyo, creyeron que podían por la fe dejarlas en manos de la protección de Dios e ir para ayudar a sus hermanos, a fin de que todos pudieran recibir la herencia de la promesa hecha a Abraham, Isaac y Jacob, las tierras de leche y miel.

Nuestra actitud si bien va acompañada de fe, para tomar lo que es nuestro, también debe de ir acompañada de amor para andar juntos a todo el resto de la congregación, y vivir y disfrutar sus luchas como sus victorias.

No te olvides de ayudarles a mantenerse firmes, a usar la palabra como espada para despojar y poseer lo suyo, así como el escudo de las promesas para no verse vencidos ni derrotados.

Dios nos da una Palabra que nos haga uno con nuestros hermanos, aquellos que forman parte de la misma congregación, que viven las mismas batallas, las mismas victorias, que se alegran en los mismos logros y lloran las mismas derrotas.

Dios quiere un pueblo unido, una familia fraternal, que lo honre y que muestre su amor entre ellos, para que los demás que aún no lo conocen, cuando vean cómo se aman, cómo se ayudan, y cómo luchan las mismas batallas, en oración, en ayunos, en constancia, crean y vengan a él, quien es y será por los siglos de los siglos: ¡Un Dios Fiel, que tiene Hijos fieles!



Dios te bendiga

Pastora Sara Olguín

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