ENTRADA DESTACADA

LA MANO DE PAPA

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Hace casi 30 años atrás, cuando corrían los primeros días de mi conversión a Cristo y en un regreso, de una de mis primeras reuniones con la Iglesia, ocurrió esto que les contaré y que nunca, nunca he podido olvidar ni olvidaré jamás. Venía regresando tarde de la reunión y traía conmigo un cassette de música de alabanza y adoración, que me habían prestado y una de las razones por lo que quería llegar rápidamente a casa, era la de oír por  primera vez  toda aquella nueva y diferente, música.  Así que en el auto que nos traían,  veníamos cantando, orando y llorando y muy embargada por esa Presencia Gloriosa de aquella hermosa reuníon, le pedía a Dios que no me soltará, que no me dejará nunca. Luego, cuando llegando a casa, mis amigos y yo entramos, y como yo traía a mi  hijito dormido en mis brazos, me dirijí hacia la habitación de mi pequeño y mis amigos fueron hacia la cocina a fin de prepararnos algo rápido para comer, ya que era muy tarde, antes de eso,...

EL DOLOR DE LA SEPARACION

"La tristeza se convertirá en gozo".
No hay otra cosa mayor, que nos dé tanta tristeza como el dejar de ver para siempre el rostro de un ser querido.

 Jesús comparó este gran dolor, con el dolor del alumbramiento, ¡del dar a luz!
Si lo analizamos decimos ¿en qué? 
 Si uno es físico, y el otro del alma.
Es que los dos son físicos, pues  se producen en lo natural, pero también los dos son emocionales, porque producen un sentimiento, en el alma.
Jesús también compara, el gozo del alumbramiento, que hace olvidar el dolor del principio del mismo, con el gozo de volver a reencontrarse con ese ser amado, que hace olvidar la gran tristeza de la separación.
¿Por qué Jesús los halla tan iguales? 


  • Porque son generadas por "la separación".
Una, para entregar a la vida un nuevo ser y la otra, para dejar que  ese ser querido, parta de la misma.
Las dos tienen otra cosa en común, aparte del dolor y la tristeza, y es:
 el "Gozo del reencuentro"
El reencuentro que se producirá:
Uno aquí, inmediatamente al alumbramiento, el otro, allá cuando nos volvamos a ver, por la resurrección de todos los que viven en Cristo Jesús.
San Juan 16: 20 al 22.
La esperanza del reencontrarnos es lo que nos mantiene en paz y nos hace superar todo dolor y dar consolación a otros.
Cristo es la Esperanza de Gloria del Justo, porque sabemos que no moriremos sino tan solo dormiremos y luego nos reencontraremos con él,
así como la madre sabe que ese amado hijo sale de su vientre no para perderlo sino para reencontrarlo entre sus brazos.
Que nunca nos falte ese gozo tan divino!
Dios te bendiga!
 Pastora Sara Olguín 

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