ENTRADA DESTACADA

LA PODEROSA PERSONA DEL ESPÍRITU SANTO

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               2 Reyes 4 Una mujer había quedado  viuda y endeudada y con el riesgo de que sus dos hijos perdieran sus libertades. ¿Qué hizo? Llegó hasta lo último y luego clamó a Dios.  ¿Y de que manera clamó a Dios?  Visitando al profeta para hallar dirección de Dios para su vida. Así acostumbramos hacer muchos de nosotros, muchas de las veces en que nos encontramos en situaciones que llegaron al límite y ¿qué hacemos?  Esperamos hasta que el agua nos llegue al cuello para orar, y pedirle a Dios qué debemos hacer. Lo vemos con el pueblo de Dios en Éxodo 3:7   Esperó hasta perder sus libertades para clamar a Dios,  Así como en Jueces 6: 7 Aquí también vemos al pueblo escondido y lleno de miedo a causa de los Madianitas, pero que por último claman a Dios, para recibir dirección y ayuda.  Siempre sucedió así por causa de alejarse de Dios, de desoírlo, y de sentirse ellos sus propios dueños para hacer las cosas a su manera.  Dice  Jeremías 2:13 -Porque dos males ha hecho mi pueblo: me de

UN FALSO ADORADOR



    

Génesis 12:7  "Y apareció Jehová a Abraham, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido"

Leyendo la vida de Abraham y Lot, veía la vida de adoración, devoción y obediencia que se había formado en el hombre espiritual que llevaba Abraham interiormente; cuenta la biblia que a cada lugar que llegaba, levantaba un altar de adoración.
 Vivía una vida de comunión con el Dios que lo había llamado, que estaba conociendo y a quien le creía todas sus promesas.
 No así Lot, quien siguió la salida de Abraham, yendo con su tío de un lado a otro, hacia donde Dios lo enviaba, y que, a pesar de que podríamos ver, en apariencia una  vida de obediencia, él no fue obediente a Abraham ni imitador de su fe. Solo vivió de la fe de Abraham, solo tomó prestado durante el tiempo que estuvo creciendo junto a su tío, de su fuego y pasión por Dios, pero dejándolo hacer a él.
 Me recuerda a la parábola de las 10 vírgenes en Mateo 25: 1 al 13, cómo la mitad de ellas, cinco, solo disfrutaban el momento que tardaba el esposo en regresar. Y cuando fueron sorprendidas por este hecho, las encontró sin aceite en sus lámparas, sin provisión y sin tener dónde y cómo conseguirlo.
Ellas fueron oportunistas.
 El oportunista vive el presente, cree, engañosamente que siempre será así, y que siempre habrá una nueva oportunidad o viá de escape para tomar.
 Ellas habrán pensado: -Si algún día sucediera les pediremos a ellas, son tan buenas que nos  lo darán. ¡Qué ilusas! Podrían haber parecido menos inteligentes, pero aquellas cinco sabían cuál y qué era lo verdadero, lo importante, y lo que debían cuidar y atesorar.
Existen muchos como Lot, que no aprovechan el hecho de tener junto a ellos, Hombre o Mujeres de Dios, apasionados, adoradores, íntegros, y generosos, para tomar y construir su vida espirituales, de comunión, adoración y personal con Dios, sino que les es más cómodo que todo lo hagan los otros, los llamados. Lo terrible es que llega un tiempo que deben ser separados, o deciden separarse e irse, y algunos, aquellos que supieron aprender, salen a tomar la tierra que Dios les prepara, pero los otros que solo vivieron del fuego ajeno, cuando lo hacen empiezan a secarse espiritualmente y a acrecentarse en ellos los deseos escondidos de su carne.
Siendo gobernados por éstos y seducidos, deslizándose hacia las oscuras Sodoma de este mundo, y cuyo estado viene a ser peor.
Dios levanta hombres y mujeres que nos dan luz, nos imparten vida, nos enseñan a adorar, a vivir junto al Espíritu de Dios con sus ejemplos, pero el fin es desarrollar al hombre espiritual que llevamos dentro, a partir de nuestra vida personal e intima con Dios.
¡Seamos adoradores, levantemos altares en todo lugar donde estemos,  y no vivamos de la adoración de otros!
Dios te bendiga, Sara Olguín.

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