Es verdad, solo debemos mirar hacia la meta.
Mantener nuestra mirada fija en ella.
Mi viaje no es el mismo que el de otro, es personal, es único.
Dios lo creó para mí, yo solo sé hasta donde debo ir.
Nadie puede entenderlo, por eso no puede juzgarlo, evaluarlo ni aprobarlo, si es bueno o malo.
En mi viaje debo recorrer lugares a los cuales otros no irán; conoceré personas de la manera que otros no las conocerán; viviré experiencias que me transformarán, modelando el corazón de Dios en mí, desnudándome de mi vieja manera de pensar y revistiéndome de él.
Mi viaje es un camino preparado de antemano, dispuesto con buenas obras a fin de que solo yo las ponga en practica.
(Efesios 2:10 "Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica)
Por ello, yo no me puedo distraer con el viaje de otro, mirando si practican las buenas obras o no; o exigiéndoles que hagan las mías.
Como tampoco me debo detener a tratar de conocer su camino, el porqué parece tener un plano diferente, parece ser más corto o más largo que el mío.
A mí se me dio uno: el mío, y yo debo procurar, llegado el tiempo establecido por Dios, de haberlo recorrido completamente y haber concretado exitosamente todas esas cosas buenas para hacer, que él había preparado para mí, de antemano de que lo iniciara.
Es cierto que no entenderán mi viaje, como tampoco mi camino, porque no lo han recorrido, pero después que yo lo haya conseguido seguramente, muchos se atreverán a desafiarse a sí mismos y a emprender su propio viaje, y su camino.
Jesús: Es mi viaje, mi camino y mi destino.
Te invito a recorrerlo si me has observado, te habrás entusiasmado.
Inicia a recorrerlo.
San Juan 14:6 "Yo soy el camino, la verdad y la vida, Nadie llega al Padre sino por mí"
Dios te bendiga
Pta Sara Olguín
Comentarios
Publicar un comentario
Medita, comenta, y comparte lo que a ti te ha ministrado, para que también toque y bendiga el corazón de otros!! Bendiciones!