ENTRADA DESTACADA

LA MANO DE PAPA

Imagen
Hace casi 30 años atrás, cuando corrían los primeros días de mi conversión a Cristo y en un regreso, de una de mis primeras reuniones con la Iglesia, ocurrió esto que les contaré y que nunca, nunca he podido olvidar ni olvidaré jamás. Venía regresando tarde de la reunión y traía conmigo un cassette de música de alabanza y adoración, que me habían prestado y una de las razones por lo que quería llegar rápidamente a casa, era la de oír por  primera vez  toda aquella nueva y diferente, música.  Así que en el auto que nos traían,  veníamos cantando, orando y llorando y muy embargada por esa Presencia Gloriosa de aquella hermosa reuníon, le pedía a Dios que no me soltará, que no me dejará nunca. Luego, cuando llegando a casa, mis amigos y yo entramos, y como yo traía a mi  hijito dormido en mis brazos, me dirijí hacia la habitación de mi pequeño y mis amigos fueron hacia la cocina a fin de prepararnos algo rápido para comer, ya que era muy tarde, antes de eso,...

UNA MANERA DE PENSAR VENCEDORA.




Cantar de los Cantares 1: 5- “Morena soy, pero hermosa, hijas de Jerusalén; morena como las carpas de Cedar, hermosa como los pabellones de Salmá. 6-No se fijen en mi tez morena, ni en que el sol me bronceó la piel. Mis hermanos se enfadaron contra mí, y me obligaron a cuidar las viñas; ¡Y mi propia viña descuidé!

La Sulamita dice: -es verdad que perdí el blanco atractivo de mi piel, es verdad que parezco solo un objeto de uso como las carpas de Cedar, pero yo sé: que soy hermosa.
Yo veo aquí, a una mujer que se vio obligada por sus parientes, por el destino, por las circunstancias que le vinieron en suerte, a tener que dedicarse a cuidar a otros, a trabajar por otros, pero que no perdió su autoestima.
Que no por no haber podido concretar sueños y etapas en su vida, se desvalorizó.
 No perdió el sentido de la verdadera belleza, y de su verdadero valor.
El pensar de esta manera le hizo actuar de una manera diferente y vencedora, porque no perdió: el fruto de su sacrificio.
Tal vez naciste en medio de las peores circunstancias, fuiste signada por la peor familia, a los peores padres,  o tuviste que acompañar a un marido enfermo. Lo que sí quiero decirte, es que si no quieres perder los resultados de ese sacrificio o de esa entrega, debes tener esta manera de considerarte a ti misma.

¡Debes considerarte valiosa, recuperarte a ti misma, y a tu vida (tu viña) enriquecida por el mismo sacrificio de entrega, que aparentemente pudiera haberte dañado! 
Dios te bendiga. 
Pastora Sara Olguin
Artículo escrito para la Revista EsterMagazine
Derechos de Autor Reservados-















Comentarios

LO MÁS LEÍDO

ES TIEMPO DE FLORECER: ¡FLORECERÁS!

EL TORRENTE DE BESOR

SEÑAL DEL ULTIMO TIEMPO: LA COMEZON DE OIR

EL AROMA DE DIOS

LOS QUE NOS VISITARON