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LA MANO DE PAPA

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Hace casi 30 años atrás, cuando corrían los primeros días de mi conversión a Cristo y en un regreso, de una de mis primeras reuniones con la Iglesia, ocurrió esto que les contaré y que nunca, nunca he podido olvidar ni olvidaré jamás. Venía regresando tarde de la reunión y traía conmigo un cassette de música de alabanza y adoración, que me habían prestado y una de las razones por lo que quería llegar rápidamente a casa, era la de oír por  primera vez  toda aquella nueva y diferente, música.  Así que en el auto que nos traían,  veníamos cantando, orando y llorando y muy embargada por esa Presencia Gloriosa de aquella hermosa reuníon, le pedía a Dios que no me soltará, que no me dejará nunca. Luego, cuando llegando a casa, mis amigos y yo entramos, y como yo traía a mi  hijito dormido en mis brazos, me dirijí hacia la habitación de mi pequeño y mis amigos fueron hacia la cocina a fin de prepararnos algo rápido para comer, ya que era muy tarde, antes de eso,...

SEMILLAS DE UNA SOLA CLASE




Levítico 19:19b "...tu campo no sembrarás con mezcla de semillas, y no te pondrás vestidos con mezclas de hilos"

A veces pasamos por alto ciertas enseñanzas de la palabra porque nos es difícil aplicarlas en nuestra vida.

 Por ejemplo, esta frase, muchos la hemos leído sin meditarla, porque pensábamos que serían más  para quién trabajara el campo; sin embargo todos tenemos algo que sembrar en nuestro matrimonio, familia, trabajo...
 Así que esta palabra es muy buena de tener en cuenta por ejemplo: en la pareja.
Allí vemos: un marido y su mujer; uno tira la semilla de la queja y el otro de la alabanza, una siembra amargura y el otro pone semillas de alegría; uno siembra semillitas de gratitud y el otro semillones de insatisfacción.


 ¡Qué importante que es saber antes de comprar el terrenito o la casa para casarse, que semillero tiene el futuro cónyuge, porque después cuando se empiece a recoger la siembra o cosechar, será tarde!
La palabra en 1 Samuel 25:3 " Y aquel varón se llamaba Nabal, y su mujer, Abigail. Era aquella mujer de buen entendimiento y hermosa apariencia, pero el hombre era duro y de malas obras; y era del linaje de Caleb" 

 Esto último viene agregado como si fuera un colmo, porque este hombre Nabal, descendía de un linaje de fe, la cual le faltaba.
 Pero miremos este tipo de matrimonio que se da aún en tantos de nuestros conocidos.
 Un hombre terco que sembraba: terquedad, obstinación (como ídolo e idolatría, es la obstinación dice 1Sam 15:23) y una mujer, que sembraba gozo, a pesar de los dolores y tristezas, que le causaba su esposo. Esta mujer Abigail no dejó, con las fuerzas del Señor de sembrar su alegría, entre los suyos.
 El resultado lo encontraremos en la biblia, como también lo podemos ver en la actualidad cuando se cosecha en esos tipos de personas que formaron con su siembras este tipo de hogares: conflictivos y confusos.
Muchos diríamos: -Ok, pero Abigail fue recompensada y a Nabal, Dios lo quitó del medio.
 Pero esa no es la voluntad de Dios. Ni  tampoco lo es el divorcio, ni que el juicio caiga sobre uno de ellos, no!.
 Dios nos advierte que primeramente examinemos bien las actitudes cotidianas de nuestro futuro cónyuge, porque se puede trabajar en ellas para cambiarlas, antes de trabajar para comprar, el terrenito del dulce hogar  que construiremos.
Es más sabio, trabajar en las semillas del corazón de cada uno.
Y si ya estamos casados, y este es nuestro caso, también hay poder de Dios para cambiar las semillas de nuestro corazón; si admitimos que así estamos dañando el futuro de lo que cosecharemos.
 Mientras dure este Hoy, dijo el Señor y nuestro corazón se humilla, tenemos esperanza y su poder salvará la cosecha de nuestra casa.
Dios te bendiga, Pastora Sara Olguín

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