LA MANO DE PAPA

Hace casi 30 años atrás, cuando corrían los primeros días de mi conversión a Cristo y en un regreso, de una de mis primeras reuniones con la Iglesia, ocurrió esto que les contaré y que nunca, nunca he podido olvidar ni olvidaré jamás. Venía regresando tarde de la reunión y traía conmigo un cassette de música de alabanza y adoración, que me habían prestado y una de las razones por lo que quería llegar rápidamente a casa, era la de oír por primera vez toda aquella nueva y diferente, música. Así que en el auto que nos traían, veníamos cantando, orando y llorando y muy embargada por esa Presencia Gloriosa de aquella hermosa reuníon, le pedía a Dios que no me soltará, que no me dejará nunca. Luego, cuando llegando a casa, mis amigos y yo entramos, y como yo traía a mi hijito dormido en mis brazos, me dirijí hacia la habitación de mi pequeño y mis amigos fueron hacia la cocina a fin de prepararnos algo rápido para comer, ya que era muy tarde, antes de eso,...
Vana es la gracia y engañosa la hermosura; Dios nos dice que el mira el corazón; no la apariencia; y viene mucho al caso; nosotros vemos lo de fuera y luego por sus hechos; los conocemos y llegamos a decepcionarnos; pero debemos entender que ninguno de nosotros es perfecto; creo que esta es una ilustrativa reflexión acerca de ver mas allá de lo externo.
ResponderEliminarGracias Zoraida tu comentario contribuye al tema, ayudando a meter el consejo de Dios en nuestros corazones, sufriríamos menos decepciones y decepcionariámos menos como dices, gracias y otros mas sean edificados con tu comentario, Dios te bendiga!Pastora Sara
ResponderEliminar