ENTRADA DESTACADA

LA MANO DE PAPA

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Hace casi 30 años atrás, cuando corrían los primeros días de mi conversión a Cristo y en un regreso, de una de mis primeras reuniones con la Iglesia, ocurrió esto que les contaré y que nunca, nunca he podido olvidar ni olvidaré jamás. Venía regresando tarde de la reunión y traía conmigo un cassette de música de alabanza y adoración, que me habían prestado y una de las razones por lo que quería llegar rápidamente a casa, era la de oír por  primera vez  toda aquella nueva y diferente, música.  Así que en el auto que nos traían,  veníamos cantando, orando y llorando y muy embargada por esa Presencia Gloriosa de aquella hermosa reuníon, le pedía a Dios que no me soltará, que no me dejará nunca. Luego, cuando llegando a casa, mis amigos y yo entramos, y como yo traía a mi  hijito dormido en mis brazos, me dirijí hacia la habitación de mi pequeño y mis amigos fueron hacia la cocina a fin de prepararnos algo rápido para comer, ya que era muy tarde, antes de eso,...

LA NATURALEZA DEL CISNE!

  
Levítico 11:18 No comerás la carne del cisne, dice Jehová en el antiguo testamento. Hoy leyéndolo casi pensamos ¡qué locura! quién pudiera comer la carne de tan bella ave.


Hace un tiempo habiendo ido  parte de nuestra congregación, en un día especial de primavera, cerca de un río,  a fin de compartir un buen asado junto a nuevas personas que no conocían la Palabra de Dios, tuve el privilegio de apreciar de cerquita a un grupo de Cisnes, blancos y grises, grandes y hermosos, que estaban nadando a la orilla de este río que a propósito se llama Adda, y queda en la localidad de nombre Pozzo D'Adda,  cerca también de Bergamo al norte de Italia.
Bien, estábamos allí todos muy emocionados, por causa del olorcito que se hacía mas profundo de la carne sobre la parrilla y la leña ardiendo, contentos por la libertad que gozábamos entre nosotros y las personas que habíamos invitado, como también alegrándonos por ver a los niños entusiasmados de ver también así cerquita, a estos cisnes sobre el agua.

 Llamaban la atención de todos los que estábamos allí con sus plumajes, sus grandes y pesados cuerpos, sus extensos cuellos, y sus delicadas cabezas.

Pero de repente nos sorprendieron con sus actitudes desinhibidas, al dejar el agua, y con un fuerte graznido dirigirse hacía nosotros de una manera prepotente y agresiva, haciéndonos entender que querían a la fuerza del pan que los niños, en un primer momento les arrojaban a la orilla del río.

Realmente me dejaron muy desilusionadas en su áspera manera de comportarse, antipáticos y nada sociables.
 Requerían forzosamente más comida. ¡Qué decepción! verdaderamente siempre admire los cuadros, dibujos y fotos de cisnes que transmitían para mí una imagen de belleza extraña y armoniosa, perfecta. 
Al verlos siempre en pareja despertaban mi admiración y cierta ternura. Luego un día que encontré este versículo en el libro de levítico, me puse a meditar en ello.
 Dios prohibió comer la carne de ciertos animales y aves que al tiempo de hoy es verdaderamente un poco imposible de creer que se pudiera comer, pero mirándolo espiritualmente y estudiando su naturaleza diría que Dios pudiera habernos advertido de no comer, de no incorporar en nosotros, en el interno de nuestro corazón la naturaleza engreída de los cisnes, por ejemplo.

Cuando mis ojos se encontraron con los ojitos de estos cisnes, me chocó ver con que severidad nos observaban. Como si nos quisieran someter, sus ojos eran verdaderamente ásperos y sus actitudes eran como si nos despreciaran, un aire de orgullo quedó al descubierto debajo de su perfecta belleza. 
Creo que este animal representa el corazón del ser humano, cuando creen estar más altos que cualquiera en sus pensamientos, posición o condición y lamentablemente de muchos cristianos.
 Hermosos y engañando a través de esa falsa belleza esconden detrás de sus ojos la arrogancia de sus voluntades. 
¡Cuántos tienen esta actitud de cuellos largos! Erguidos, como desafiando toda autoridad y exigiendo se les dé velozmente lo que están pidiendo.
Después de esto, comprendí y digo realmente "No comeré la carne del cisne", me basta con verlo pero así como decidí no acercarme más a ellos , así decidí cuidar mi corazón de que se indigeste con carne de tal naturaleza.
 ¡Ojo! Pon tu también atención, no caigas prendado con su belleza comiendo esta carne prohibida en vez de otra permitida!

Dios te bendiga y hasta pronto!
Sara Olguín

Comentarios

  1. Vana es la gracia y engañosa la hermosura; Dios nos dice que el mira el corazón; no la apariencia; y viene mucho al caso; nosotros vemos lo de fuera y luego por sus hechos; los conocemos y llegamos a decepcionarnos; pero debemos entender que ninguno de nosotros es perfecto; creo que esta es una ilustrativa reflexión acerca de ver mas allá de lo externo.

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  2. Gracias Zoraida tu comentario contribuye al tema, ayudando a meter el consejo de Dios en nuestros corazones, sufriríamos menos decepciones y decepcionariámos menos como dices, gracias y otros mas sean edificados con tu comentario, Dios te bendiga!Pastora Sara

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